La Mesa del Parlamento de Canarias, en su reunión celebrada este miércoles, ha expresado a través de una declaración institucional su sentimiento de pesar por la desaparición de María Rosa Alonso, una personalidad de la vida cultural cuya labor quedará para siempre en la memoria de todos los canarios, y Gilberto Alemán, uno de los primeros periodistas graduados en la Escuela Oficial de Madrid.

María Rosa Alonso Rodríguez, fallecida a la avanzada edad de 101 años, representó el humanismo contemporáneo a la que no eran ajenos ninguno de los saberes. Profesora de la Universidad de La Laguna, cofundadora del Instituto de Estudios Canarios, estudiosa de los clásicos canarios y especialista en Antonio de Viana, cuya edición comentada ha sido un hito insuperable, tiene una docena de publicaciones que, entre el ensayo y la crónica periodística, la acreditan como una de nuestras mejores prosistas del siglo XX.

Ejerció la docencia en distintas universidades de Venezuela, a donde la llevó, como a tantos canarios, el ansia de libertad y la búsqueda de nuevas oportunidades en la cerrada sociedad de la posguerra. Residió en Madrid pero jamás perdió la relación con las islas, cuya prensa frecuentó con artículos donde su sabiduría, su espíritu crítico y su inteligente humor fueron la satisfacción de sus innumerables lectores y admiradores.

Homenajeada por el Parlamento de Canarias con ocasión de su centenario, en esta hora triste la Cámara autonómica ha querido transmitir el sentimiento de su pesar a sus familiares, personalizado en su sobrino Elfidio Alonso Quintero, y constata, con honor y nostalgia, su recuerdo imborrable en la historia y la cultura canaria.

Con unánime sentimiento, la Mesa del Parlamento ha lamentado el fallecimiento de Gilberto Alemán de Armas, después de una lucha tenaz contra la enfermedad en la que no perdió su agudeza y espíritu crítico y su interés apasionado por las cuestiones de Tenerife y de Canarias.

Gilberto Alemán, uno de los primeros periodistas graduados en la Escuela Oficial de Madrid, ejerció su profesión en 'El Día' y, posteriormente, dirigió 'Diario de Avisos'. También llevó la jefatura de prensa del Parlamento de Canarias, donde dejó grandes recuerdos y amigos, tal y como recuerda la Mesa de la Cámara.

Frecuentó todos los medios informativos, desde la radio, donde fue un tertuliano ágil y divertido que analizó la actualidad con talento e ingenio, hasta la televisión donde guionizó, con gran conocimiento etnográfico, los viejos oficios de una sociedad de subsistencia.

Fue concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y hombre de una izquierda romántica y solidaria, vivió durante un tiempo en la fraterna Venezuela, donde completó la dimensión de todo canario: la faceta de emigrante.

Deja tras sí una veintena de títulos donde rescata tradiciones de Tenerife, personajes populares que dejaron huella en la memoria insular y bellísimas crónicas que revelan su excelente formación y su estilo conciso y brillante, heredado de los grandes prosistas del 98, como el gran Azorín.

Cronista oficial e hijo adoptivo de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife y testigo y narrador de excepción de nuestra historia, deja el recuerdo de su chispa y simpatía entre quienes le conocieron y un testimonio indispensable para quienes, hoy y mañana, se quieran acercar con rigor e interés a la realidad contemporánea del archipiélago.

La Mesa del Parlamento de Canaria ha querido transmitir a su viuda, Iris Fariña Domínguez, a sus hijos y hermanos, y a sus compañeros del Periodismo, su condolencia y el sincero reconocimiento de su brillante trayectoria profesional.