Lorca amanece entre un mar de escombros y de dotaciones de bomberos y del Ejército

  • En el barrio de La Viña, uno de los más afectados, los efectivos del Ejército no han dejado de trabajar durante toda la noche.
  • "Me han dicho que vuelva dentro de tres días. No sé si dónde llevar a mis hijos", dice uno de los vecinos que no puede acercarse a su casa.
  • Seis mil personas pasan la noche en la calle en Lorca.
Imagen cedida por la Comunidad de Madrid, de miembros del cuerpo de bomberos de Madrid, en una de las intervenciones que llevan a cabo en la localidad murciana de Lorca.
Imagen cedida por la Comunidad de Madrid, de miembros del cuerpo de bomberos de Madrid, en una de las intervenciones que llevan a cabo en la localidad murciana de Lorca.
Comunidad de Madrid / EFE
Imagen cedida por la Comunidad de Madrid, de miembros del cuerpo de bomberos de Madrid, en una de las intervenciones que llevan a cabo en la localidad murciana de Lorca.

Lorca ha amanecido este viernes entre un mar de dotaciones de bomberos y del Ejército que han intensificado las tareas de desescombro y recuperación de la ciudad, mientras los vecinos, muchos de ellos en las calles, intentan retomar parte de su actividad habitual.

En el barrio de La Viña, uno de los más afectados del municipio, la calle Carretera de Granada, donde se derrumbó un edificio, está repleta de vehículos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que no han cesado de trabajar durante toda la noche rodeados de vecinos, intentando conocer novedades sobre el estado de sus viviendas.

En un escaso tramo de esta calle, que atraviesa parte de la ciudad se pueden contar hasta 12 vehículos del Ejército y otros siete camiones de bomberos.

Los comercios que el jueves no abrieron en todo el día permanecen cerrados, aunque se percibe algo más de actividad, especialmente en las cafeterías que comienzan a subir las persianas y a servir desayunos.

Mateo es propietario de una vivienda en la calle Infante Juan Manuel que a estas horas presenta un aspecto casi bélico. En su fachada luce el color rojo del espray que le impide aproximarse a ella. "Me han dicho que vuelva dentro de tres días, no sé ni dónde llevar a mis hijos", lamenta.

Este ciudadano, al igual que el resto de sus vecinos, está tratando de digerir la tragedia que ha costado la vida a nueve personas por las que este viernes se oficia un funeral, aunque también es consciente de que es necesario recuperar el pulso diario.

"Hoy quiero ir a trabajar", afirma Mateo resumiendo el sentir de la ciudad.

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