La familia de María José Arcos, la compostelana desaparecida hace 15 años, procurará "activar la utilización de todos los medios técnicos que sean precisos" para intentar hallar el cuerpo de la mujer, después de que un registro en la vivienda del detenido por este caso, Ramiro V.G., permitiese hallar una factura de doce sacos de cal en polvo y diverso material de construcción.

"No descarto ninguna posibilidad", aseguró, en declaraciones a Europa Press, el abogado de la familia Arcos, Evaristo Nogueira, quien indicó que, "aparte de lo que hay, que es importante", la acusación particular va a instar a "la utilización de los mecanismos técnicos que sean precisos para seguir insistiendo a ver si aparece el cuerpo".

La familia ya había avanzado que solicitaría la utilización de un geolocalizador. El abogado y miembros de la familia analizan esta tarde los siguientes pasos que darán y este martes ofrecerán una rueda de prensa.

El informe de la Guardia Civil remitido al Juzgado de Ribeira (A Coruña), y que ha sido dado a conocer a las partes, señala que en el registro de la vivienda de Ramiro V.G. en Teo se encontró una factura de marzo del año 1996, cinco meses antes de la desaparición el 15 de agosto de María José Arcos, de doce kilos de cal en polvo, entre otros materiales de construcción como tubos.

Asimismo, los agentes que realizaron los registros, que también se llevaron a cabo en la vivienda familiar del imputado en Cotobade (Pontevedra), también encontraron unos grilletes, aerosoles paralizantes y recortes de prensa sobre el caso de la desaparición de María José Arcos.

SOSPECHOSO

La familia de María José siempre ha señalado a Ramiro V.G. como el principal sospechoso y ha llegado a vincular su desaparición con que el detenido le debería 6.000 euros, aunque éste ha negado el supuesto préstamo.

El titular del Juzgado de Primera Instancia número 1 de Ribeira dictó el pasado viernes un auto de ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza para Ramiro V.G., que había sido detenido el martes anterior y a quien el juez le imputa un supuesto delito de asesinato.

La solicitud de prisión provisional por parte del juez Fernando Ferreiro se produjo pese a que el fiscal había pedido libertad sin fianza para Ramiro V.G., que se negó a declarar y a someterse a pruebas de ADN.

María José Arcos tenía 35 años de edad cuando se le perdió la pista en agosto de 1996. Días después fue hallado su coche frente al faro de Corrubedo, en el ayuntamiento de Ribeira, y en su interior estaba su cartera, con documentación, así como otras pertenencias personales.

En su momento, su familia alertó de que el asiento del conductor estaba situado a tal distancia del volante que hubiese sido imposible que la mujer llegase a los pedales de conducción y también advirtió de sus sospechas de que la desaparecida había prestado dinero al sospechoso, con quien supuestamente mantenía una relación sentimental.