Wouter Weylandt, el cuarto fallecido en el Giro de Italia y uno más en la historia del ciclismo

Fotografía de archivo del ciclista belga Wouter Weylandt, del equipo Leopard Trek.
Fotografía de archivo del ciclista belga Wouter Weylandt, del equipo Leopard Trek.
EFE
Fotografía de archivo del ciclista belga Wouter Weylandt, del equipo Leopard Trek.

El ciclismo vuelve a teñirse de luto en competición con el fallecimiento del belga Wouter Weylandt, tras sufrir una caída en el descenso del Passo del Bocco durante la tercera etapa del Giro de Italia. Su muerte significa la cuarta de un ciclista en la historia de la ronda italiana.

Hay que remontarse a 1952 para encontrar el primer suceso. Aquel año, Orfeo Ponsin perdió la vida tras sufrir una dura caída en el descenso de la Merluzza, en la cuarta etapa.

La segunda víctima mortal fue el español Juan Manuel Santisteban, en 1976, esta vez en la primera etapa. De nuevo, una caída mortal en Catania.

En 1986, el italiano Emilio Ravasio pasó a engrosar esta lista negra también en un descenso en la primera etapa de la competición.

Carreras marcadas

Pero no solo el Giro ha albergado noticias trágicas en la historia del ciclismo. Así, el español Francisco Cepeda fue el primer fallecido en competición en ruta, a consecuencia de una caída en el Tour de Francia.

Como él, también los españoles Manuel Galera (1972, Vuelta Andalucía), Vicente Mata (1987, Trofeo Luis Puig), José Antonio Espinosa (1996, III Criterium Deporte y Vida de Fuenlabrada), Manuel Sanroma (1999, Vuelta a Cataluña), Saúl Morales (2000, Vuelta a Argentina), o Isaac Gálvez (2006, Seis Días de Gante) perdieron la vida sobre dos ruedas.

Unas veces fueron las caídas y otras los atropellos, como fue el caso del belga Jean Pierre Monsere, en 1970, al chocar con un vehículo que circulaba en sentido contrario durante el Gran Premio de Retie, en su país. O el portugués Joaquim Agostinho, que atropelló a un perro durante la Vuelta al Algarve en 1984 y falleció diez días después.

A otros fue su cuerpo el que no les aguantó. Por ejemplo, el británico Tom Simpson, campeón del mundo en ruta, murió en 1967 a consecuencia de un ataque al corazón, debido al dopaje, mientras ascendía al Mont Ventoux en una etapa del Tour. O la holandesa Connie Meijer, víctima de una enfermedad durante una prueba ciclista en Holanda.

En el recuerdo de muchos quedará el italiano Fabio Casartelli (1995, Tour de Francia), Andrei Kivilev (2003, París-Niza) o Alessio Galletti (2005, XXIX Subida al Naranco). Así como todos aquellos que perdieron la vida practicando su deporte sobre el asfalto, en entrenamiento o en carrera. Weylandt fue el último.

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