El mejor fichaje del Betis en los últimos tiempos no ve puerta con facilidad. Tampoco da asistencias y nunca ha formado parte de una convocatoria. Ni siquiera vive en Sevilla. Sin embargo, su trabajo ha sido clave para que un club que estaba sumido en una profunda crisis institucional y económica haya recuperado su sitio entre los grandes del fútbol español y ahora sea el colíder de Primera después de tres jornadas.

"El mérito es de los jugadores y de Pepe Mel. Yo solo intento que asimilen mis conceptos. Ellos son los que salen a correr y a jugar. Mi objetivo es aportar un poquito más a su trabajo, ese plus que en el deporte de alto rendimiento marca la diferencia", comenta a 20 minutos Patricia Ramírez Loeffler, la psicóloga del Betis.

Esta canaria de origen aragonés aterrizó en el Benito Villamarín la pasada campaña después de cinco temporadas trabajando en el Mallorca.

"La primera vez que hablé con Pepe Mel me dijo que teníamos que subir", recuerda Patricia, quien asegura que los métodos de trabajo deben ser los mismos en cualquier división del fútbol español: "Se debe trabajar igual en Primera que en Segunda B. La categoría no importa. El fin es competir y ganar. Y todos los futbolistas quieren ganar".

En el Betis, todo lo supervisa su técnico, Pepe Mel: "Durante la semana voy hablando con Pepe sobre las variables psicológicas que vamos a tratar en la charla previa al partido. Intentamos tocar aspectos como el control de las emociones, la concentración, la toma de decisiones…".

Para esta psicóloga de 40 años afincada en Granada, que el pasado verano fue uno de los objetivos del Atlético de Manzano, con el que trabajó en Mallorca, el futbolista de élite no tiene nada que ver con el estereotipo de persona caprichosa que vive ya en la comodidad: "Ningún deportista tiene la vida resuelta. La gente siempre quiere más, aspira a más. El jugador es un profesional que quiere hacer su trabajo y necesita reconocimiento". "Los futbolistas no son especialmente caprichosos. En general, vivimos en una sociedad que se ha acostumbrado a un nivel de vida que no necesitamos", añade.

Patricia asegura que trataría igual a Messi o Ronaldo que a Rubén Castro: "No hay que hacer distinciones. Hay estrellas muy humildes y jugadores discretos soberbios".

La psicóloga verdiblanca no quiere ser ventajista y ahora que las cosas van bien manda un mensaje para el futuro. "Tenemos que ser humildes en la victoria y valientes cuando lleguen las frustraciones", reflexiona. Lo que es un hecho es que con Patricia el colíder tiene las ideas muy claras.

Patricia Ramírez trabaja rodeada de hombres. El fútbol siempre se ha considerado como un paradigma del machismo, algo que la psicóloga canaria no ha experimentado en primera persona: "No sé si existe machismo en el fútbol. Lo único que puedo decir es que siempre me he sentido respetada. Nunca me han dicho que no sirvo o qué pinto aquí".