Convertido en uno de los movimientos más destacados del último mercado de fichajes por su versatilidad, su proyección y su juventud (todavía 25 años),  esa mezcla que ya le ha convertido en uno de los ciclistas más vigilados y considerados del pelotón actual, hasta en sus gestos, el eslovaco Peter Sagan se estrenó con los colores del Tinkoff-Saxo al imponerse en la sexta etapa de la Tirreno-Adriático.

En las calles de Porto Sant'Elpidio, final de una penúltima jornada de 203 kilómetros en la que la lluvia fue tan protagonista como el propio Sagan, el eslovaco batió al sprint al alemán Gerald Ciolek (MTN-Qhubeka) y el motivado belga Jens Debusschere (el del Lotto-Soudal, campeón nacional belga, ‘mojó’ en el final de Cascina del pasado jueves), entre otros. Una victoria 'muy gesticulada' que acaba con una racha de ocho segundos puestos desde su último éxito, en los campeonatos nacionales de su país celebrados a finales de junio de 2014.

Fue así como se resolvió una jornada en la que no faltaron los intentos de fuga y en la que la que el equipo Tinkoff-Saxo trató de dinamitar la general, o al menos marcarse un envite, en la subida a Montelparo, a unos 80 kilómetros de final; no lograría su objetivo con respecto al liderato de Nairo Quintana, pero sí le metió el miedo en el cuerpo al holandés Bauke Mollema, que tuvo que aferrarse al trabajo de sus compañeros en el Trek para evitar males mayores.

El trabajo de la formación ruso-danesa en Monteparo acabó con la fuga del día (la del italiano Vanotti, del Astaná; del japonés Arashiro, del Europcar; y del belga Devolder, del Trek), pero propició kilómetros después un intento del francés Alexis Vuillermoz (AG2R) y del reincidente italiano Alessandro Vanotti que se gestó a falta de 25 kilómetros del final y expiró por el empeño de equipo sudafricano MTN-Qhubeka a algo más de 3, prolongada en solitario por un Vuillermoz en una travesía por un polígono industrial con bastante agua sobre el asfalto.

Este martes concluye la Tirreno-Adriático con una contrarreloj individual de 10 kilómetros por San Benedetto del Tronto. Diez mil metros planos con apenas tres curvas. Ideal para ciclistas potentes, pero no lo suficiente para grandes sorpresas en una general donde el colombiano Nairo Quintana, líder tras su victoria bajo el aguanieve en el Monte Terminillo, mantiene 39 segundos de margen sobre Maullema y sobre su compatriota ‘cafetero’ Rigoberto Uran (Etixx-Quick Step). Las bazas de Alberto Contador, quinto en la general a más de un minuto, pasan por alcanzar el podio.