En el camino se quedaron Uruguay, Turquía, Noruega y Bahrein, incapaces de enmendar la plana en los encuentros de vuelta del tren final de la fase de clasificación para el Mundial.

Despedida charrúa

Especialmente dolorosa fue la despedida de Uruguay, que después de perder por 1-0 en Sydney, idéntico marcador que en el encuentro de ida, se quedó sin billete mundialista en la tanda de penaltis.

Australia se ha clasificado por segunda vez en su historia para una fase final. La otra fue, curiosamente, en Alemania 1974. El combinado dirigido por el holandés Guus Hiddink se tomó cumplida revancha después de lo sucedido hace cuatro años. Cuando, en la misma situación, Uruguay se impuso a Australia.

Hiddink, por otra parte, subraya su gusto por los Mundiales. Dirigió a Holanda en Francia 1998 y a Corea del Sur en el último campeonato. Volverá a repetir en Alemania con el equipo de Australia, que profundizó en la decepción de Uruguay, que fuera campeón en la primera edición, en 1930.

Trinidad y Tobago hace historia

Lleno de historia quedó Trinidad y Tobago, dirigida por el también holandés Leo Beenhakker, que ganó a domicilio a Bahrein y por primera vez alcanza la fase final de un campeonato del Mundo.

Dennis Lawrence, del Wrexham inglés, firmó la autoría del gol de leyenda y rompió las dudas surgidas tras el empate a uno con que finalizó el choque de ida en Puerto España.

Triunfo helvético

No hubo sorpresas en Europa vista la situación con la que quedaron los duelos después de los primeros encuentros. Aunque llamativa será la ausencia de Turquía, tercera en Corea Japón 2002 y que fue incapaz de remontar el 2-0 adverso frente a Suiza, que salió vivo del infierno turco y se clasificó por el valor doble de los goles en campo contrario.

Tuvo tiempo el conjunto otomano, a pesar de que empezó con un gol en contra -al minuto uno el bloque helvético marcó, por medio de Alexander Frei, de penalti-. Antes de la hora de juego ganaba por 3-1 gracias a las dianas de Tuncai Sanly -dos- y Necati Ates, de penalti.

Marco Streller echó por tierra a seis minutos del final las esperanzas turcas, que aún marcaron, también Tuncai, el 4-2 que sólo sirvió para terminar con la condición de invicta de Suiza en los últimos catorce partidos.

Tránsito fácil en Praga

Mucha menos intensidad tuvo el compromiso de la República Checa. En Praga, la visita de Noruega resultó un trámite para lal checos, que ya ganaron (1-0) en el terreno escandinavo. Por si acaso, Tomas Rosicky, a la media hora de partido, amplió la renta del conjunto centroeuropeo, que supuso la clasificación definitiva para Alemania 2006.