El desenlace del duelo entre el Villarreal y el Real Madrid fue caótico para los blancos, que perdieron dos puntos de los tres que tenían atados en la segunda parte, con un gol de Marcos Senna de falta directa, y acabaron el duelo con las expulsiones de José Mourinho, Sergio Ramos, Özil y Rui Faria.

El equipo técnico y los jugadores, molestos por el arbitraje de Paradas Romero en El Madrigal, decidieron no acudir a la rueda de prensa posterior al partido para demostrar su enfado con el colegiado. Incluso, el portugués Cristiano Ronaldo abandonó el terreno de juego tras el pitido del árbitro gritando "robar, robar, solo robar".

Los hechos se iniciaron en la jugada previa al tanto villarrealista en el minuto 82, cuando protestaron la falta señalada por Paradas Romero por indicación del linier, de Altintop sobre Oriol, indicando que el turco golpeaba el balón. Senna hizo el tanto y los nervios se desataron.

El técnico portugués, que había sido amonestado media hora antes por protestar una decisión del árbitro, salió de la zona técnica para recriminar la acción. En ese instante, vio la segunda amonestación y tuvo que acompañar a Rui Faria, expulsado de forma directa por protestar otra decisión tras el descanso. Supone la cuarta roja de la temporada y la segunda de Mourinho a manos de este colegiado (la otra fue en la Copa de 2010 ante el Murcia).

La situación se descontroló dos jugadas más tarde, con una entrada fuerte de Ramos sobre un rival por la que vio la segunda amarilla. Dicha acción, fue "aplaudida de forma irónica" por parte de Özil, tal y como indicó Paradas Romero en el acta posterior al partido y vio la roja directa.

Al margen de estas acciones, el Villarreal reclamó dos posibles penaltis de Arbeloa sobre Marco Ruben y Nilmar y el Real Madrid una agresión de Musacchio sobre Pepe, antes del descanso.