Durant – Westbrook: 'tormenta eléctrica' para la NBA, pero insuficiente para el anillo

Kevin Durant y Russell Westbrook, en imágenes con los Thunder y la selección de EE UU.
Kevin Durant y Russell Westbrook, en imágenes con los Thunder y la selección de EE UU.
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Kevin Durant y Russell Westbrook, en imágenes con los Thunder y la selección de EE UU.

“Fenómeno”, “genial”, “supermán”, “el chico de los brazos de oro”, "chico maravilla", “jugador total”... sigan buscando crónicas de cualquier partido de baloncesto de la selección de EE UU de baloncesto en el reciente Mundial y sólo verán elogios hacia Kevin Durant, un jugador de baloncesto con una proyección sin igual en la actualidad.

Las miradas que acapararán los Lakers, los Miami Heat, los Magic y los Celtics, se volverán, en más de una ocasión hacia la capital del Estado de Oklahoma para ver a los Thunder (franquicia sucesora de los Sonics de Seattle).

Dos poderosas razones: el ya nombrado Kevin Durant y Russell Westbrook. El primero ha logrado, a base de portentosas actuaciones, acaparar la atención del mundo de la canasta. Se sabía que era un gran jugador con mucho futuro en la NBA, pero lo de Turquía ha hecho replantearse a más de uno hasta dónde puede llegar este chaval de 21 años y 2,06 de altura. El segundo, además de jugar un gran Mundial, va camino de convertirse en uno de los mejores bases de la liga. Durant ha ensombrecido a todos sus compañeros, pero si analizamos la participación de Westbrook en Turquía nos encontramos con un base que ha agrandado sus números en los partidos clave y ha sido segunda referencia ofensiva de los yankees cuando Durant se encontraba con dos o tres defensores encima. También tiene 21 años... y también juega en los Thunder. ¿Candidatos al título? Aún con estos dos 'jugones', no. Al menos, todavía.

El año pasado forzaron seis partidos en su eliminatoria ante los Lakers, que ganaron gracias a un palmeo de Gasol en el sexto. De no haber entrado la canasta de Pau, quizá estaríamos hablando de una eliminatoria a siete partidos.

Una fórmula de éxito, pero...

En la historia reciente de la liga encontramos equipos que han basado su éxito en la fórmula base – alero, como ocurre en Oklahoma. Están, sin ir más lejos, Gary Payton y Shawn Kemp, de los Sonics (nombre de los Thunder cuando estaba en Seattle), y también tenemos a John Stockton y KarlMalone en los Utah Jazz. Ambos equipos llegaron a la final de la NBA y brillaron con sus equipos. No consiguieron el anillo porque tuvieron la mala suerte de cruzarse en el camino con los Bulls de un tal Michael Jordan.

Aquellos Sonics y Jazz se apoyaban en el juego de su base y su alero alto, pero también tenían escuderos que, pese a no brillar, aportaban consistencia al grupo, algo que le falta a los Thunder, un equipo muy joven al que, exceptuando a sus dos estrellas, le falta bloque.

Los Thunder, para desgracia de Durant y Westbrook, tienen el techo en las finales de conferencia. No basta con dos geniales jugadores, necesitan 'obreros'. El caso de la franquicia de Oklahoma City recuerda al de los Wolves de Minnesota de Stephon Marbury y Kevin Garnett. Aquellos Wolves que acabaron con la moral de Garnett (que se fue a los Celtics para ganar un anillo) y Marbury, que, sencillamente, se echó a perder.

Los directivos de los Thunder deben trabajar en los despachos para dar a Durant y Westbrook compañeros de garantías. La tendencia actual de las estrellas de la liga dice que, si no se gana el anillo en pocos años, las estrella cada vez tiene menos paciencia. Se acabaron los años en los que esperaban a rondar los 30 (o sobrepasarlos con creces) para abandonar el barco en busca del anillo, como ocurrió con Charles Barkley o Karl Malone. Dos claros ejemplos de jugadores que cambiaron su destino, quizá, demasiado tarde. Kevin Garnett resumió, tras ganar el anillo con los Celtics en 2008, con pocas palabras lo que siente una estrella en una franquicia perdedora: "La lealtad es algo que te puede herir algunas veces porque la juventud no vuelve. Puedo decir, honestamente, que si pudiera volver atrás y cambiar lo que hice, sabiendo lo que sé ahora de esta organización [los Celtics], me habría ido antes", dijo, como consejo a Lebron James, que ha renunciado a su trono en Cleveland para optar, en el equipo 'de otro' (D-Wade) al ansiado anillo.

Es el momento de que los directivos de los Thunder tengan en cuenta palabras como esas y fichajes como el de 'The Choosen One'. Puede que dentro de dos o tres temporadas sea tarde. Puede que Kobe Bryant o Lebron James sean el presente de la NBA, pero Durant es el futuro.

Durant, el nuevo prodigio

Hay que destacar a Kevin Durant por encima de todos en estos Thunder. En tres años, este versátil alero de 2,06 metros y alrededor de 100 kilos, ha madurado como pocos hasta demostrar a todo el mundo que está a la altura de los mejores de la NBA. Sus exhibiciones en el Mundial, pero también su última temporada en la liga norteamericana hacen soñar a los aficionados de los Thunder, equipo con el que ha firmado un contrato multimillonario para continuar las próximas cinco temporadas.

La temporada pasada jugó los 82 partidos de la regular season. No bajó de 30 puntos su media por partido, ha mejorado notablemente su capacidad reboteadora (de 4,3 a 7,6 en tres años), ha llevado su porcentaje de tiro de dos a casi un 48%, y en lanzamiento de tres puntos cada día va a más (36%). En el Mundial, estos porcentajes los ha elevado notablemente: 63% en tiros de campo y 45% en triples.

Si además añadimos que anota nueve de cada 10 tiros libres que lanza, estamos ante una amenaza ofensiva sin igual en la NBA. Y cumplirá 22 años a finales de septiembre...

Westbrook, el base del futuro

En la actualidad hay bases como Chris Paul (Hornets), Deron Williams (Jazz) y Rondo (Celtics), que estarían un peldaño por encima de Russell Westbrook, pero al de los Thunder todos le esperan. Anotador, explosivo, cada vez mejor lanzador y creador de juego (casi ha doblado su media de asistencias por partido sin bajar la anotación), Westbrook ha demostrado en dos años que es el complemento ideal para Durant. En los Thunder y en la selección estadounidense ha sido el 'otro' anotador (en EE UU tenía por delante a Billups y ha hecho sus números).

Su prueba de oro llegó en los pasados playoffs de la NBA, ante los Lakers, donde demostró que no se arruga ante los grandes compromisos. El Mundial ha servido para confirmar que estamos ante un base de muchísima proyección.

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