Miami quiere ser Hollywood

  • Wade, James y Bosh: tres superestrellas jugarán juntas en Miami.
  • Son el máximo favorito para destronar a los Lakers en la NBA.
  • Si el experimento sale bien, puede haber Heat para rato.
  • Su gran enemigo en el Este: los Celtics, que saben que es ahora o nunca.
De izda a dcha: Lebron James, Dwyane Wade y Chris Bosh.
De izda a dcha: Lebron James, Dwyane Wade y Chris Bosh.
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De izda a dcha: Lebron James, Dwyane Wade y Chris Bosh.

Desde luego, si a Miami Heat le sale bien la apuesta, la NBA no sólo cambiará de campeón, también cambiará de cara por completo.

La franquicia de Florida ha apostado este verano por formar una plantilla ganadora. Todo lo que no sea destronar a los Lakers de Kobe Bryant y Pau Gasol será un fracaso. Han logrado retener a su jugador franquicia, Dwyane Wade, y fichar a Lebron James y Chris Bosh. Cuesta encontrar y recordar un equipo con tanto talento como éste.

Desde el fichaje de 'King' James, todo lo que ocurre alrededor del equipo parece un guión de una superproducción de Hollywood. Primero fue el show mediático montado por Lebron sobre el equipo en el que jugaría la próxima temporada. Antes, durante y después, el culebrón de éste con su anterior equipo, los Cavaliers de Cleveland, donde el cambio de aires ha enfadado tanto que hasta el propietario de los Cavs ha echado una especie de maldición a The Chosen One (El Elegido, otro de los apodos de Lebron James). La presentación de los tres jugadores ante su público donde, de nuevo, James prometió no menos de siete u ocho anillos (cualquier cosa con tal de superar los seis de su idolatrado Jordan). Los vídeos de la preparación en pretemporada de Bosh y James, dignos de cualquiera de Rocky Balboa... y sólo estamos en septiembre, a falta de varias semanas para que comience la temporada.

Miami, el equipo a batir... y a odiar

Miami puede cambiar, si no lo ha hecho en parte ya, la cara a la NBA tal y como la conocíamos. Suele ocurrir que el equipo a batir, como en cualquier competición, es el vigente campeón. Esta temporada no será así. Los Heat han reunido tal conjunto de estrellas que librarán, en parte, a los Lakers de esa etiqueta.

Además, hay analistas que apuntan a que pueden convertirse, como ocurriera con los Pistons de finales de los 80 y principios de los 90, en el equipo más odiado de la liga. Tener a Wade, Bosh y, sobre todo a James (considerado por muchos, el mejor jugador del mundo en la actualidad), provocará las lógicas antipatías y deseos de tumbar al gigante en todas y cada una de las canchas de los Heat visiten.

A esto hay que sumar que habrá canchas especialmente hostiles. La primera, sin duda, la de Cleveland, donde muchos ven la salida de Lebron como una traición. La visita a Toronto tampoco será cómoda ya que la salida de Bosh tampoco gustó en el seno de los Raptors. Boston, Orlando, Los Ángeles... son otras ciudades donde los Heat recibirán la mayor serenata de viento del año. El equipo de Miami tendrá que convivir con ello gran parte de la temporada.

Los Heat, a buen seguro, se harán con el mejor récord de la temporada regular. Los playoffs son otra cosa. Para la postemporada deberán demostrar que no sólo son el equipo que reúne mejores individualidades, sino también que mejor juega como conjunto (algo parecido a lo que ocurrió con el 'Dream Team' de Barcelona '92). Lebron ya sabe qué es llegar con el mejor récord a la postemporada (dos años seguidos) y quedarse sin final.

Chris Bosh llega de los Raptors con unos promedios que no bajan de los 20 puntos y 10 rebotes por partido. Lebron James promedió casi un triple doble en puntos (casi 30), rebotes (cerca de 8) y asistencias (casi 9) por partido. Wade hizo más de 26 puntos, 5 rebotes y más de 6 asistencias por encuentro. Si sumamos, nos encontramos con tres jugadores que suman la escalofriante cifra de 76 puntos, más de 20 rebotes y casi 15 asistencias por partido. Habrá que comprobar quién sale resentido en estas cifras, puesto que la cantidad de balón que acaparaban los tres el año pasado, donde cada uno era dueño y señor de la pizarra de su entrenador, no es fácilmente asumible en los 48 minutos que dura un partido.

Los 'otros'

Los Heat han conseguido, con lo que el tope salarial les permite, reunir un grupo más que aceptable para completar la plantilla. Bases y escoltas como Carlos Arroyo (sí, aquel que peleó un puesto con el español Raúl López en Utah), Mario Chalmers y el especialista en triples Eddie House, no son grandes defensores y sí grandes tiradores, por lo que deberán aceptar nuevos roles para frenar a los 'bajitos' de sus dos grandes oponentes en el Este: Rajon Rondo (Celtics) y Jameer Nelson (Magic). Wade y James tienen una espinita clavada todavía con los Celtics y, seguramente y con permiso de los Lakers, el enfrentamiento entre Miami y Boston de esta temporada será el más esperado por los aficionados. El puesto de pívot en Miami tampoco cuenta con un superclase, y es que el espacio salarial en la NBA da para lo que da y con tres 'monstruos' como James, Wade y Bosh, tener a Ilgauskas y Magloire puede considerarse un pequeño lujo, aunque ya veremos cómo se las ven (y cuántas ayudas han de hacer James y Bosh) para frenar a tipos como Dwight Howard y Pau Gasol.

Si Miami gana, puede haber efecto dominó

Habría que remontarse a 2004 para ver un equipo con tanto talento junto. Fueron los Lakers de los 'Fab Four'. Kobe Bryant, Shaquille O'Neal, Karl Malone y Gary Payton unieron sus fuerzas para conseguir el anillo, pero fracasaron. Los Pistons, con menos estrellas, pero más equipo, les fulminaron en las finales de aquel año.

El experimento salió mal y no ha sido rescatado hasta este año. Es cierto que los Celtics de 2008 reunieron el 'big three' con Garnett, Allen y Pierce, pero lo de Miami va más allá. Con Boston no había duda de que estábamos ante jugadores que podían complementarse. En los Heat, la duda es saber si los egos de Wade y James son compatibles.

Durante el verano se especuló con que otros grandes jugadores podrían reunirse en una misma franquicia para optar con más garantías al título. El caso más comentado fue el de Carmelo Anthony, la estrella (solitaria) de los Nuggets. Al parecer, en la boda del propio Anthony fue Chris Paul (uno de los dos mejores bases de la liga) quien sugirió a 'Melo' dejar ambos sus equipos y fichar por Nueva York, donde se encontrarían con otra estrella: Amare Stoudemire.

Son rumores alrededor de grandes jugadores que también desean el anillo que no tienen. No se sabe si esas otras estrellas cambiarán este año de aires. Lo que queda claro es que si Miami acaba su revolución con el anillo, otras franquicias intentarán formar plantillas igual de potentes y que, en poco tiempo, podrían dejar la NBA con tres o cuatro equipos que aglutinen a todas las estrellas, algo que no había ocurrido hasta ahora.

El experimento de Miami acaba de empezar. Si sale mal (leyendas como Scottie Pippen y Karl Malone así lo creen) todos coincidirán en que la temporada ha sido un fracaso. Si sale bien, como temen en Hollywood, quizá las nuevas aventuras de la mejor liga de baloncesto empiecen y acaben en Florida.

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