Lleva el número 10 en la espalda y desborda calidad en su brazo, desparpajo en la cancha y liderazgo en el ataque. Se llama Macarena Aguilar, la estrella del equipo de balonmano que el pasado sábado conseguía el bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Jugadora del mejor equipo español del último año, el S.D. Itxako, y con las maletas preparadas para emigrar.

“Llevamos 8 meses sin cobrar en el Itxako. La mitad de las que estamos en Londres ya nos hemos tenido que ir al extranjero. No es que te ofrezcan más o menos, es que no te pagan”, declaraba a 20minutos.es

Es el claro ejemplo de la situación que está viviendo el balonmano español en general, y el femenino en particular. Una meritoria medalla se quedará en solo un espejismo cuando la competición nacional empiece y todas las ‘guerreras’ se hayan marchado a distintos países europeos para poder cobrar.

Macarena pone rumbo a Dinamarca, donde se encontrará con Verónica Cuadrado en el Randers HK. Pero no es la única estrella que ha tenido que marcharse del país para poder cobrar. Marta Mangué en el Zajecar serbio, y Carmen Martín en el esloveno Krim Mercator completa el póker de estrellas en el ‘exilio’.

A ellas se suman Begoña Fernández, Jessica Alonso, Nely Carla, Beatriz Fernández...y un sinfín de jugadoras que no han estado en Londres pero cuentan en el equipo.

El equipo masculino de balonmano no pudo pasar de cuartos de final. Un desafortunado gol recibido en el último segundo ante Francia les dejó sin poder luchar por las medallas. Una actuación que bien mereció metal, con buen juego y un gran equipo que poco a poco sigue el camino de las mujeres.

Una de las grandes sensaciones, Jorge Maqueda, se buscará la vida en la liga francesa el próximo año. No es el único. Ya se fue Iker Romero, y ahora le siguen el paso los hermanos Guardiola –Gedeón e Isaías–, Chema Rodríguez o Alberto Entrerríos.