La selección femenina de balonmano se impuso a Corea del Sur (29-31) en la lucha por el tercer lugar del podio, y suman un bronce –el cuarto de España– que sabe a gloria después de la derrota en semifinales ante Montenegro.

El camino de las 'guerreras olímpicas' hacia la medalla no fue nada fácil. Las chicas, lideradas por Jorge Dueñas, soñaron con disputar una final olímpica que pusiera la guinda al bronce conseguido en el pasado Mundial. Pero Montenegro se cruzó en el camino, en semifinales, dejando un sabor amargo del que difícilmente se pudieron recuperar.

Corea del Sur aprovechó el factor psicológico para mandar en el marcador durante gran parte de la primera mitad. Hasta que Jorge Dueñas frenó a las chicas, convocó a sus jugadoras a reflexionar, jugar con cabeza, y pelear hasta el final por un metal. Como ellas saben, y como se ganaron el apodo que ya todo el mundo conoce en las redes sociales.

La charla de la primera mitad dio su fruto, llegando al descanso con un empate en el marcador. A partir de ahí, aparecieron las estrellas. Macarena Aguilar al mando del ataque y Begoña Fernández con su habitual garra, dieron el impulso suficiente para llegar a los últimos minutos con el tanteo igualado...incluso con una ventaja que se esfumó en los últimos instantes.

España necesitó dos prórrogas para ganar un partido que se puso muy cuesta arriba en la primera parte. El cansancio hizo mella a ambos equipos al final, con un resultado igualadísimo y siendo necesarios dos tiempos añadidos de diez minutos cada uno. Pero cuando los lanzamientos de siete metros aparecían en el horizonte, Ciobanu echó el cerrojo a la portería. Defensa clave, y empuje, para llevarse la victoria y la 16ª medalla para España.