Una vez asentada la polvareda que levantó la campaña electoral para elegir el nuevo presidente de la Federación Internacional de Atletismo, y con puesto ya ocupado por el británico Sebastian Coe, los despachos ceden el protagonismo a los héroes de la pista, llamados a devolver al atletismo la distinción que merece.

La madrugada del viernes 21 al sábado 22, a la 1:35 hora española, dará comienzo el Mundial de Atletismo Pekín 2015; el maratón masculino será el encargado de abrir este campeonato donde se producirá la primera toma de contacto de los velocistas con el tartán del estadio olímpico.

La jornada inicial pondrá en acción a los más rápidos, pero también a los más resistentes. La primera medalla de oro, de no mediar una sorpresa excepcional, se irá para África en torno a las 3:45 horas, cuando los mejores habrán llegado a la meta dentro del estadio después de recorrer el centro de la ciudad.

El domingo, a las 17:15 (hora española), la 15ª edición de los Mundiales vivirán su momento cumbre, una batalla a muerte entre jamaicanos y estadounidenses que en menos de 10 segundos resolverá la tensión y proclamará al nuevo rey de la velocidad mundial.

Los campeonatos del mundo ofrecerán al aficionado un ramillete de grandes duelos. Sobresale el de 100 metros entre un abanderado del deporte limpio, Usain Bolt, y un dopado convicto y confeso, Justin Gatlin, que cumplió sus cuatro años de condena y ahora busca la redención. Ambos corren este viernes las series preliminares de los 100m (6:40h y 13:20, horas españolas)

Siete años después de erigirse como el nuevo ídolo del atletismo con sus tres oros olímpicos aderezados con sendos récords mundiales, Usain Bolt regresa a El Nido donde escribió el primer capítulo de su leyenda. Este año tiene la misión decisiva de afirmarse en el trono que le disputa Justin Gatlin.

Por su parte, el veterano Gatlin, de 33 años, ha progresado tanto desde su regreso a las pistas tras cumplir su pena por dopaje, que su choque con el rey de la velocidad en la final de 100 metros se ha convertido en el duelo más esperado de los campeonatos del mundo de Pekín.

Al estadounidense le pertenecen las cuatro mejores marcas del año en 100 metros, empezando por los 9.74 de Doha, hasta hoy su récord personal. Bolt, que cumple este sábado 29 años, acude a Pekín con un registro más modesto: 9.87 que le otorga el sexto lugar en la lista, una posición honrosa para cualquiera que no sea él.

El corredor jamaicano aseguró que está en forma y nadie se atreve a ponerlo en duda, aun cuando sus dificultades para bajar de los 9,80, como ya ha hecho cuatro veces este año su principal adversario, son cada vez más evidentes. "Estoy a tope, he corrido bien y la salida ha empezado a funcionar a tiempo", testificó Bolt en vísperas de la competición.

Asimismo, el campeón olímpico y mundial de velocidad ha confesado decepción por la atención que se ha puesto en el dopaje en el período previo a los mundiales, pero ha aclarado que él solo no puede salvar la imagen de este deporte pese a su inmaculada carrera.

"Ha habido una gran cantidad de dopaje en los titulares en los últimos dos meses. Es realmente triste que sea ahí donde esté el deporte en este momento. Esperamos que el nuevo presidente puede cambiar muchas reglas y hacer las cosas más fáciles para que el atletismo sea mejor. Va a ser difícil (deshacerse del dopaje), creo", dijo finalmente Bolt.

Desde que en el mundial de Sevilla'99 el español Abel Antón revalidó su título, todas las medallas de oro del maratón masculino han sido para atletas africanos. Kenia, con el plusmarquista mundial Dennis Kimetto al frente de un poderoso equipo, será el destino más probable del primer título.

El corredor británico, Mo Farah, también comparecerá en la pista para afrontar el primero de sus retos, la final de 10.000 metros. El rey del fondo se propone en Pekín repetir el doblete 5.000-10.000 que ya obtuvo sucesivamente en los Juegos de Londres 2012, en los Mundiales de Moscú 2013 y en los europeos de Zúrich 2014. Farah, nacido en Somalia, necesita disipar toda sospecha asociada a las supuestas prácticas dudosas de su entrenador, el estadounidense Alberto Salazar, y de paso refrendar su posición hegemónica frente a los africanos.

Junto a ellos, figuras de enorme talla como el pertiguista francés Renaud Lavillenie, recordman mundial (6,16);la etíope Genzebe Dibaba, nueva plusmarquista mundial de 1.500; y el keniano Asbel Kiprop.