El británico Mark Cavendish (Dimension) se impuso al esprint en la decimocuarta etapa del Tour, entre Montélimar y Villars-Des-Dombes, de 208 kilómetros, en la que su compatriota Chris Froome (Sky) mantuvo el maillot amarillo.

'El Expreso de Man' sigue intratable y demostró junto al parque ornitológico de Villars que sus vuelos rasantes son insuperables en esta edición. Se impuso llegando desde atrás, como un obús, al noruego Alexander Kristoff (Katusha) y al eslovaco Peter Sagan (Tinkoff), todos ellos con un tiempo de 5h.43.49, en una jornada con una media de 36,3 kms/hora.

Cavendish, que obtuvo su triunfo número 30 en el Tour, ganó con un tiempo de 5h.43.49, a una media de 36,38 por hora, por delante del noruego Alexander Kristoff (Katusha) y del eslovaco Peter Sagan (Tinkoff).

La general sigue sin cambios respecto a las posiciones. Chris Froome aventaja en 1.47 minutos al holandés Bauke Mollema (Trek) y en 2.45 al británico Adam Yates (Orica). El colombiano Nairo Quintana (Movistar) es cuarto a 2.59 y el español Alejandro Valverde, quinto a 3.17.

No hay forma de parar el viento en el Tour de Francia. Se presentó de nuevo para la travesía hasta Villars-Les-Dombes, pequeña localidad de 4.500 habitantes donde los turistas visitan en masa el extenso parque que alberga más de 300 especies de aves. El pelotón no tenía ganas de pelea con Eolo en contra y empezó aletargado.

La jornada, marcada de nuevo por el fuerte viento, tuvo como protagonistas de la escapada del día a Roy (Francaise), Howes (Cannondale), Elmiger (IAM) y Benedetti (Bora), quienes fueron alcanzados a 3,5 kilómetros de meta.

Apenas se alteró el grupo, a paso de tortuga: 32 por hora en la primera hora bajo el poco convincente ritmo del Etixx. Era día de velocistas y los planes sobrevolaban sobre los Kittel, Greipel, Kristoff..., los "guepardos" que aún no han sacado tajada en el Tour. Pero el trabajo fino lo dejaron para el final.

Lo primero fue echar abajo la ilusión de la avanzadilla, objetivo cumplido y tarde, a 3,5 kilómetros de la meta, cuando Roy y Elmiger se dieron la mano encantados de haber compartido un viaje a ninguna parte de más de 200 kilómetros.

En la aproximación a meta apareció el Sky de Froome al frente, pero poco pintaban allí los chicos del líder, así que dejaron montar el "treno" al Etixx, loco por ganar con Kittel, ilustre inédito. La locomotora azul no lo tuvo fácil, pues otras maquinarias se pusieron en marcha para la fiesta del esprint.

Kittel atacó de lejos, tal vez demasiado. Kristoff lo intentó por un lado, Degenkolb por otro. Pero el debate lo cerró Cavendish en el momento que quiso. Apareció como un rayo, desquició a Kittel, que reclamó maniobra rara de "Cav", y el británico les sacó a todos una bicicleta. Este año, gana a lo grande. Está considerado como el mejor esprinter de la historia.

Este domingo vuelve la montaña en la decimoquinta etapa, entre Bourg-en-Bresse y Culoz, de 160 kilómetros. Seis puertos, entre ellos el Grand Colombier, de categoría especial, salpican un recorrido muy exigente. Otra vertiente del mismo "col", con la cima a 14 de meta, ofrecerá un espectacular descenso hasta meta.