Alvin Langdon Coburn, pionero de la fotografía abstracta y experimental, llega a Madrid

  • La Fundación Mapfre presenta 180 obras de uno de los primeros renovadores del lenguaje fotográfico y un experimentador incansable.
  • El artista (1882-1966) se asoció inicialmente con el pictorialismo pero pronto rompió con el canon académico y se dejó llevar por las vanguardias.
  • Fue de los primeros en usar dobles exposiciones y puntos de vista cenitales. Cuando tenía 24 años le llamaron 'el mejor fotógrafo del mundo'.
Retratos sobreimpuestos, técnica de la que fue pionero Alvin Langson Coburn
Retratos sobreimpuestos, técnica de la que fue pionero Alvin Langson Coburn
©George Eastman House/Published and Printed by 31 Studio
Retratos sobreimpuestos, técnica de la que fue pionero Alvin Langson Coburn

A los ocho años le regalaron una cámara, a los quince ya revela en su propio laboratorio y a los 24 fue llamado por el escritor inglés y futuro Nobel de Literatura George Bernard Shaw —a quien había retratado imitando la pose de El pensador de Rodin— "el mejor fotógrafo del mundo". Alabado por sus compañeros de oficio, invent de nuevos puntos de vista, experimentó antes que nadie con las dobles exposiciones y abandonó el pictorialismo milenarista de comienzos del siglo XX para dejarse llevar por la libertad formal de las vanguardias artísticas.

Pese al resumen impactante y al papel fundamental que jugó en la historia de la fotografía, el nombre apenas dice nada: Alvin Langdon Coburn (1882-1966). Hablamos uno de esos grandes artistas semiolvidados quizá porque nunca le hicieron falta el reconocimiento ajeno y los triunfos o tal vez por su carácter turbador: en 1930, convencido de que todas aquellas placas fotográficas que amontonaba en su archivo eran una necedad mundana, destruyó 15.000 negativos. Durante el final de su vida se dedicó al misticismo en oscuras sectas.

Entrada gratuita

Para permitir el encuentro con este renovador fundamental del lenguaje fotográfico llega a Madrid la retrospectiva Alvin Langdon Coburn, organizada por la Fundación Mapfre en la sala de la calle Bárbara de Braganza, 13. Es una antología de alcance (180 obras, casi todas copias de época), que recorre todas las épocas de Coburn. Puede verse —la entrada es gratuita— desde el 13 de diciembre hasta el 8 de febrero.

Los organizadores opinan que Coburbn "sigue siendo uno de los artistas menos conocidos de su época" porque a partir de 1920 se embarcó en "una vida nueva para dedicar cada vez más tiempo a aspectos místicos", apartándose "intencionadamente del mundo de la fotografía". Seducido por un grupo sincrético llamado Orden de la Antigua Sabiduría, lo dejó casi todo y echó a perder una de las carreras más prometedoras del primer tercio del siglo XX.

Paisajes industriales

Asesorado por su primo Fred Holland Day, también fotógrafo, fue inicialmentre pictorialista a la sombra imponente de Alfred Stieglitz , uno de los padres de la foto moderna, y se integró entre las élites fotográficas desde la adolescencia. Nacido en una familia de la alta sociedad de Boston (EE UU)  —aunque prefería el ambiente de Inglaterra, nación de la que terminó siendo ciudadano—, Coburn hizo valer su rupturismo bien pronto haciendo retratos de paisajes industriales con ánimo futurista y encuadres agresivos, sobre todo planos inclinados y cenitales y puntos de vista infrecuentes.

Ganó también fama como retratista, con fotos en las que prescindía totalmente de los accesorios y apostaba por la caracterización para reforzar la psicología de los personajes. Sus primeras imágenes fueron tomadas en los domicilios de los modelos, atenuando la luz natural que entraba por las ventanas y empleando un reflector de algodón blanco. A partir de 1909, instaló el estudio en su casa y usó placas sensibles a los colores y un pequeño flash para captar mejor las texturas de la piel.

Indagaba con una tarea previa de documentación en la personalidad de los retratados y establecía así con ellos lazos intelectuales que lograban romper el hielo y obtener una entrega total del modelo. En 1904 retrató para la revista Metropolitan Magazine a personalidades del pensamiento y la creación como los artistas Auguste Rodin y Henri Matisse, la mecenas Gertrude Stein y los escritores Mark Twain y Henry James.

'Lúgubres cavernas'

Hasta 1912 realizó grandes fotos callejeras en Nueva York, que contemplaba casi pictoricamente. "Para mí Nueva York es una visión que surge del mar según me aproximo al puerto en mi transatlántico y resplandece por un instante al sol al principio de mi estancia entre sus pináculos, pero que desaparece, salvo en destellos fragmentarios, cuando me convierto en una de esas criaturas grises que hormiguean al pie de sus lúgubres cavernas. Mi aparentemente inapropiada prisa se debe a mi ardiente deseo de plasmar, traducir y crear, por así decirlo, estas visiones mías, antes de que se desvanezcan", escribe por entonces para explicar su sentido simbólico de la fotografía urbana.

Establecido desde 1912 en Londres, la vinculación de Coburn con el mundo de la vanguardia artística de la ciudad le implicó en el efímero pero influyente movimiento vorticista británico, liderado por el artista Wyndham Lewis y el escritor Ezra Pound entre 1914 y 1915, y caracterizado por lo geométrico y semiabstracto, con referencias formales a las máquinas y la arquitectura.

Coburn diseñó el vortoscopio junto con su amigo Pound: tres espejos rectangulares unidos que formaban un triángulo similar a un caleidoscopio. Los espejos actuaban como un prisma que dividía en varios segmentos la imagen formada por la luz. Coburn comenzó fotografiando a Pound junto a una ventana, pero enseguida empezó a tomar imágenes prismáticas de trozos de madera, cristal, marcos de ventanas y mesas de vidrio.

Las fotos, con exposiciones múltiples, causaron desconcierto e incomprensión en la época, pero han pasado a la historia como las primeras fotografías abstractas.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento