"Vivimos el asesinato de Miguel Ángel Blanco con mucha frustración porque no pudimos encontrarlo antes de que le dispararan"

"Vivimos el asesinato de Miguel Ángel Blanco con mucha frustración en el ámbito profesional por no haber podido encontrar un hilo del que tirar. Se hicieron muchos rastreos por zonas rurales, bosques, caseríos, polígonos… Se hacían controles aleatorios a vehículos. Íbamos a la desesperada. Dando palos de ciego. Con una actividad frenética, alargando turnos", apunta el ertzaina y presidente de la asociación Mila Esker, Julio Rivero. Él también estuvo amenazado y sabe lo que es revisar los bajos del vehículo en busca de un posible explosivo: "Revisábamos el coche pero aun así te montabas primero, dabas unas vueltas por la manzana y cruzabas los dedos para haberlo revisado bien. Solo entonces dejabas que la familia se montara".