El papel de los hermanos Pinzón en el descubrimiento de América

Quien sabe si Don Alonso Pinzón enterrado en el monasterio de La Rábida, en Palos de la Frontera (Huelva), no se habrá sonreído al ver caer algunas de las estatuas de Colón. Lo cierto es que el genovés seguramente no hubiese llegado a ningún sitio sin el apoyo de los hermanos Pinzón. Sin ellos no podría haber conseguido tripulación que le siguiera.

Como apunta David Gonzalez Cruz, catedrático de Historia Moderna y presidente de la asociación de estudios Iberoamericanos, "Cristobal Colón fue un gran propagandista hasta tal punto que quiso engrandecer su figura desprestigiando a los que le ayudaron como pasó con los hermanos Pinzón".

De hecho, cuando llegó a Castilla procedente de Portugal era un desconocido, un cualquiera, un "quídam" según la nobleza de la época. En el monasterio de la Rábida, fue donde empezó todo en la primavera de 1485. Como bien nos señala su prior, Miguel Vallecillo, en aquel entonces Huelva y Portugal eran los lugares donde más se avanzaba en la ciencia náutica. Recordemos que el plan de Colón para llegar a las Indias había sido rechazado en Portugal porque consideraban que se equivocaba en las distancias de la esfera terrestre. Él creía que era más pequeña de lo que realmente era. El caso es que se vendía tan bien el genovés que se puede decir vivió a costa de los Reyes Católicos durante 7 años hasta que le aprobaron la expedición en 1492. No hubo empeño de joyas de la reina como dice el mito, muy al contrario se obligó al pueblo de Palos de la Frontera (Huelva) a proveer de su bolsillo dos carabelas para la expedición, pero nadie quería ir con ese extranjero.

Al final, como nos apunta Rafael Blanco, guía del muelle de las tres carabelas, "los monjes de la Rábida le dejaron bien claro: o te ganas el favor de los líderes de la zona para que consigas alistar marineros o no podrás armar una expedición" . Así que, como nos recuerda David González esperó que Alonso Pinzón viniese de Roma. Entonces convenció a familiares y amigos para entrar en una expedición que cambiaría el mundo tal y como se conocía entonces.