Es el momento en el que una calle de la localidad turca de Bodrum se empieza a abrir. El asfalto se rompe para dar paso al agua. Una tubería acaba de explotar en plena carretera. El primer coche consigue pasar poco antes de que se abra un agujero de 5 metros de ancho. La fuerza del agua termina agrietando por completo el suelo y obliga al segundo vehículo a dar marcha artrás. En pocos segundos forma una gran riada que corta la calle. Las autoridades turcas continúan investigando las causas.