La saga de Los Sims se ha convertido en el juego de PC más vendido de la historia. Aunque en principio se planteaba como un simulador más, la forma de controlar a sus personajes supuso una revolución.
Con más de siete años a sus espaldas, 24 entregas entre juegos originales y expansiones y más de tres millones de unidades vendidas en España, el videojuego está a punto de mostrar su primer cambio en el diseño de sus personajes.
Qué les ha pasado
MySims es el título de la entrega modificada de Los Sims que verá la luz en otoño. Su rediseño se debe a una evolución a medio camino entre un Sim y un Mii, los álter ego que los jugadores de Wii –la consola de nueva generación de Nintendo– crean para que les representen en algunos juegos.
Después de crear su personaje, el jugador tendrá que intentar mejorar la ciudad a la que se ha mudado, haciendo también que ésta prospere. La ciudad es creación del jugador, desde los comercios que se abren hasta el tipo de gente que puede vivir allí. Por ello, también tendrá gran importancia la forma en la que éste desee comportarse con el resto de los habitantes.
Como en las entregas clásicas de Los Sims, el jugador decidirá qué camino desea tomar en cada momento, si ser el vecino perfecto o el más odiado. La duda que se plantea en esta entrega es si los jugadores lograrán sentirse identificados con este tipo de personajes.
Primero ciudades, luego vidas
El concepto de este simulador proviene de 1989, año en el que su creador, Will Wright, realizó un videojuego llamado SimCity. Se basaba en crear y gestionar correctamente una ciudad y contaba con un nivel de detalle sorprendente para la época. Este simulador evolucionó por separado, pero también dio lugar a Los Sims, más centrado en gestionar vidas que ciudades.
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