Nostalgia, irreverencia y ruptura de la cuarta pared: 'Return to Monkey Island', la mejor actualización de lo que hizo triunfar a la saga

Guybrush Threepwood y LeChuck en 'Return to Monkey Island'.
Guybrush Threepwood y LeChuck en 'Return to Monkey Island'.
TERRIBLE TOYBOX
Guybrush Threepwood y LeChuck en 'Return to Monkey Island'.

Ron Gilbert y Dave Grossman vuelven con su saga más famosa, un regreso a Monkey Island, como dice el nombre, isla que tantas aventuras ha dado a los jugadores y a los piratas protagonistas. Sin duda, con un estilo más pulido y actualizado y un apartado artístico renovado, Return to Monkey Island cierra un círculo de manera magistral 32 años después del lanzamiento de su primer juego.

The Secret of Monkey Island se estrenó en octubre de 1990 y ahora, tras más de tres décadas y después de cuatro secuelas y varias recopilaciones y remasterizaciones, parece que el jugador conocerá finalmente de qué se trataba ese tesoro secreto... ¿O quizá no?

Como buena aventura gráfica, las decisiones son clave y, por ello, muchas cosas quedan abiertas a las ideas y la imaginación de los jugadores, incluidas las palabras del irreverente Guybrush Threepwood, torpe pirata al que las cosas no le salen del todo bien. De eso se saben aprovechar los creadores de este título, desarrollado por Terrible Toybox.

El juego, que inicialmente se lanzó solo en Nintendo Switch y ordenadores pero ya está disponible también en PS5 y Xbox Series, consigue algo muy complicado: mantener la esencia de la saga clásica a la vez que se adapta a los tiempos y se hace accesible para todos gracias a una mecánica opcional que facilita el avance en la historia.

Con un buen número de opciones de respuesta, a cada cual más loca, y numerosos puzles divididos argumentalmente en varios capítulos, Return to Monkey Island ofrece una gran aventura llena de virtudes: es desafiante -sin llegar a ser sencilla ni complicada-, divertida -con el habitual tono satírico de la saga que ha envejecido muy bien- y disfrutable -para todo tipo de jugadores, tanto los que conocen la historia de Guybrush Threepwood y su rivalidad con LeChuck como para los que no-.

Y, además del humor y la parodia que caracteriza a Monkey Island, la ruptura de la cuarta pared es lo más cómico y frecuente. Las metareferencias al nuevo estilo artístico o a que los personajes están dentro de un juego se ven por todas partes, chistes que Ron Gilbert y Dave Grossman aprovechan para promocionar otros de sus títulos.

En definitiva, aunque no se confirma que sea el final de la saga, Return to Monkey Island sería un gran cierre: personajes nuevos, otros antiguos, recopilación de curiosidades de anteriores títulos, exploración de la ya conocida Isla Mêlée y el mapa marítimo, enfrentamientos contra LeChuck y otras piratas igual de temibles... Pero si este título ha reunido magistralmente tantos grandes elementos, ¿por qué no seguir con la saga y volver a ver a Guybrush Threepwood en un hipotético "Return Again to Monkey Island"?

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