El mejor viaje del 2023 para los que siempre piensan en verde
- Tallin, capital de Estonia, acaba de estrenar su título como Capital Verde Europea, una razón más para hacer las maletas y conocer esta joya báltica.
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La capital de Estonia ya era una ciudad en la que los espacios verdes y la naturaleza tenían un protagonismo destacado. Ahora, gracias a políticas comprometidas con el medio ambiente, Tallin ha logrado hacerse con el título de Capital Verde Europea 2023.
Estonia es uno de los países europeos más concienciados con el medio ambiente, algo que ya se refleja en acciones como que el transporte público sea gratuito, el apoyo a la economía circular, medidas que buscan la neutralidad climática y el cuidado de la rica biodiversidad del país, entre otras medidas que han contribuido que Tallin logre el título Capital Verde Europea.
Las Estrellas Verdes
El próximo 21 enero se celebrará la gala de entrega de su merecido título y supondrá el comienzo de una agenda repleta de actividades con las que seguir creando esa conciencia verde tanto entre locales como entre visitantes. Foros, actuaciones, exposiciones y acciones variadas que incluso llegan a los restaurantes. Desde ya podemos encontrar en las cartas las conocidas como Estrellas Verdes, en las que se destacan alimentos con una menor huella medioambiental.
La excusa que faltaba
Este reconocimiento es el impulso definitivo para conocer una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa, declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 1997. Su casco histórico es pequeño, pero no le falta detalle. Calles de adoquines repletas de casas de vivos colores y entre las que siempre asoma alguna torre gótica. En resumen, un escenario de cuento.
Todo el centro está rodeado por una muralla que mide más de dos kilómetros y que conserva 25 de las 35 torres de defensa que tuvo en su día. Estas torres son fácilmente reconocibles por su característico tejado en forma de cono de color rojo. También se conservan varias puertas, siendo la Puerta Viru la más visitada.
A todo color
El corazón de este centro histórico es su famosa Plaza del Ayuntamiento. La torre de este precioso edificio gótico regala una de las mejores vistas de la ciudad desde sus más de sesenta metros. De nuevo en suelo firme, las fachadas de colores de sus casas medievales, que un día pertenecieron a los ricos mercaderes de la época, forman la postal perfecta.
Muy cerca encontramos uno de los lugares más pintorescos de Tallin, el Pasaje Katerina. Un callejón de foto que acoge algunos restaurantes y talleres de artesanía. Otra de las calles imprescindibles es la calle Pikk, donde se encuentran las conocidas como Las Tres Hermanas, consideradas las casas más antiguas de la ciudad, datadas en el siglo XIII.
La parte alta
Como buena ciudad medieval, Tallin está coronada (y vigilada) por su castillo. A su lado destaca la catedral ortodoxa Alexander Nevski, un recuerdo de la ocupación rusa que se pensó destruir, pero que finalmente se mantuvo en pie. Gracias a esa decisión hoy podemos admirar sus características cúpulas y las vidrieras de su interior.
Un regalo final
Para comprobar lo verde que es esta joya báltica, solo hay que salir un poco del centro y visitar uno de los parques más bonitos y valorados por los locales, el parque Kadriorg. En su interior destaca el palacio del mismo nombre. Este gran edificio barroco, que hoy acoge el Museo de Arte Extranjero, se construyó bajo el mandato del zar Pedro El Grande de Rusia como regalo para su esposa Catalina.