El Real Madrid, campeón de Europa. Por décima vez. Los de Laso jugaron una excelsa Final Four en la que eliminaron al CSKA y superaron en una gran final al Fenerbahçe (85-80). Una temporada durísima marcada por las numerosas y graves lesiones que ha demostrado el carácter de un equipo que se lleva el premio gordo de la temporada: la Euroliga.

Entraron al partido los blancos algo fríos, con un 5-0 en contra, pero a pesar de todo el inicio se pudo dar por bueno. El motivo: las dos faltas personales de Jan Vesely, una de las estrellas de los turcos. Sin el ala-pívot checo, tomó la alternativa Duverioglu, que con 8 puntos mantuvo la ventaja en el marcador de los otomanos.

El Real Madrid remontó gracias a su acierto desde los triples. Rudy, Llull y Randolph anotaron desde más allá de la línea, y no solo le dieron la vuelta al marcador, sino que lograron dejar la ventaja al final del primer cuarto en unos interesantes ocho puntos (25-17) gracias a un parcial de 10-2. 

Cuando mejor pintaba para los de Laso, que amenazaban con marcharse en el marcador con un gran partido de Sergio Llull y, sobre todo, Rudy Fernández, apareció Nicolo Melli. El italiano entró en trance y anotó 11 puntos casi seguidos para reducir la distancia a un solo punto (31-30). Partido nuevo.

Se atascó entonces el Madrid, que no consiguió encontrar fluidez en ataque, y entre Sloukas y Wanamaker devolvieron la ventaja a los turcos.

El mejor momento ofensivo de los madridistas llegó tras el descanso, y fue con un claro protagonista, Fabian Causeur. Empezó con cinco puntos seguidos para poner a su equipo por delante, y desde entonces se convirtió en el auténtico líder de su equipo. Hasta 12 puntos metió el escolta galo solo en el tercer cuarto.

Melli, inspiradísimo, mantuvo al Fenerbahçe en el partido, y se fue hasta los 22 puntos todavía con diez minutos por jugar, y un voluntarioso Wanamaker, acuciado por la defensa blanca, tomó el relevo del italiano.

Pese a ello, ambos se encontraron demasiado solos, nadie más ayudaba en los turcos. La intimidación de Tavares fue un muro imposible de franquear, el caboverdiano impuso el terror en la zona blanca. Y Vesely, llamado a ser clave, no solo no encontró en ningún momento el aro, sino que con una absurda antideportiva sobre Doncic permitió que los blancos lograran la mayor ventaja del partido: 10 puntos tras los dos libres del esloveno y un triple de Carroll.

El partido entró en su fase decisiva con el Madrid en su mejor momento, con ventajas en torno a los 8-10 puntos. El ataque de los de Laso ya no era tan efectivo, pero entonces apareció el rebote ofensivo, que dio mucha vida a los blancos. Y, mientras, el reloj no dejaba de correr.

Con ocho puntos de ventaja, Llull cometió una falta en ataque que le dejó fuera del partido (cinco faltas), y el Fenerbahçe apretó. Se puso a cinco, intentó recortar la distancia... y en defensa también apareció Doncic, con un taponazo a Wanamaker.

Pero no dejó de intentarlo el conjunto otomano, y los blancos se equivocaron en su estrategia. Renunciaron a atacar, solo buscaron que corriera el tiempo, y los de Obradovic se metieron en el partido. Falló un tiro libre Carroll, y después dos Causeur cuando la ventaja era solo de tres puntos. Sin embargo, un rebote en ataque milagroso de Thompkins dio vida a los blancos. El propio Causeur, de nuevo desde la línea, sentenció la final, y la remató con un tapón. La Décima ya era del Real Madrid. La despedida perfecta de Doncic, como rey de Europa.

85 - Real Madrid (21+17+25+22): Causeur (17), Doncic (15), Reyes (6), Campazzo, Ayón (4) —equipo inicial—, Randolph (3), Rudy (5), Carroll (9), Tavares (8), Llull (5), Thompkins (10) y Taylor (3) .

80 - Fenerbahce (17+23+15+25): Wanamaker (14), Guduric, Kalinic (7), Vesely (3), Duverioglu (8) —equipo inicial—, Thompson, Melli (28), Sloukas (7), Nunnally, Muhammed (7) y Datome (6).

Árbitros: Luigi Lamonica (ITA), Borys Ryzhyk (UKR) y Olegs Latisevs (LET). Sergio Llull fue eliminado por cinco personales (m. 37).

Incidencias: Final de la Euroliga de baloncesto disputada en el Stark Arena de Belgrado ante 16.967 espectadores. José Ramón Lete, director general de Deportes, asistió al partido.