Rus se ha defendido de esta manera en el Juzgado de Instrucción número 18 de Valencia, donde ha tenido que declarar en calidad de investigado por una de las piezas del caso Imelsa, la relativa al Call Center.

El expresidente de la corporación provincial ha llegado a la Ciudad de la Justicia, acompañado de su letrado, sobre las 10.15 horas, ante una gran expectación mediática y entre gritos de "corrupto" y "lladre". Hasta el lugar se habían trasladado dos furgones de la Policía Nacional después de que su abogado requiriese medidas de seguridad.

Una vez dentro, en el juzgado, ha defendido su actuación con el contrato del Call Center, del que el juez sospecha que la adjudicación "pudo ser decidida" por él para "favorecer" al responsable de la empresa, Fernando José Palomares. El juez indica que actuó como intermediario de esta operación Mariano López, exsuegro de Marcos Benanvent, exgerente de Imelsa.

Al respecto, Rus ha afirmado al juez que se creó este servicio telefónico porque era necesario, y ha explicado que se tuvo que externalizar porque tenían prohibido contratar a nuevas personas por un tema de estabilidad presupuestaria.

Una vez se adoptó esta medida, ha indicado que se desentendió del contrato y que fueron los técnicos los que se ocuparon de elaborar los pliegos. Así, ha insistido en que desconoce cualquier parte del proceso técnico.

Rus ha aseverado que ya no volvió a saber nada de este servicio hasta que le comentaron que había problemas por falta de documentación y colapsos en las llamadas. Pero ha insistido en que él no decidió a quién contratar ni ordenó nada al respecto. Tampoco se encargó de los pliegos.

Previamente a Rus le ha tocado el turno al exsuegro de Benavent, también investigado en esta pieza del caso. López, quien ha lamentado que le han arruinado la vida a él y a su familia, ha afirmado sobre este tema que únicamente pidió que contrataran a su hijo en la empresa y ha señalado que luego no le pagaban y se quejó a varias personas, entre ellas a Rus, han señalado las mismas fuentes.