Los conductores valencianos corren más que el resto de los españoles, son más agresivos al volante y para colmo se muestran más despreocupados a la hora de abrocharse el cinturón. El tirón de orejas procede de las opiniones de 500 de ellos, recabadas en la XI Encuesta RACC de Movilidad en la Comunitat Valenciana.

Los encuestados se confiesan preocupados por los accidentes de tráfico, aunque en menor medida que en el conjunto nacional. Lo curioso es que las mujeres lo hacen en un 66,7%, frente al 48,9% de ellos. Además, los más despreocupados son los jóvenes de 25 a 29 años, «precisamente los que más padecen los accidentes», señala la responsable del RACC Cristina Catalá.

Además, el 17% de los participantes en el estudio revela que normalmente circula por encima del límite de velocidad, y un 41% conduce al borde del mismo.

Entre las causas de la velocidad la mayoría aduce que tiene prisa, el estrés o la necesidad de llegar pronto a los sitios.

El índice de agresividad también está en la Comunitat por encima de la media nacional, y los conductores se ven a ellos mismos como más distraidos al volante y más proclives a cometer infracciones de tráfico. Sin embargo, también reconocen que se ponen menos el cinturón (el 90% lo hace, frente al 94% de media nacional).

Lo que más impacta a la mayoría de los valencianos para modificar sus hábitos es presenciar un accidente, seguido de la pérdida de puntos. Si algo caracteriza las carreteras de las tres provincias es la abundancia de motos, sobre todo entre jóvenes.

Las penas reducen los siniestros

La entrada en vigor del carné por puntos y la reforma del código penal para casos de alcoholemia y velocidad están reduciendo año a año el número de muertos en las carreteras valencianas. El año pasado se registraron 257 fallecidos en vías interurbanas de la Comunitat, un 12% menos que en 2006, frente a la reducción del 9% en el conjunto de España. Sin embargo, la tasa de riesgo, que mide la frecuencia de los siniestros, se ha reducido mucho más. En los últimos seis años ha caído de 9,4 por cada 100.000 habitantes a 5,3 (la media nacional se queda en el 5,3).