Hacer ruido con cacerolas ha sido, desde siempre, una de las formas de protesta más odiosas. Y esto era, precisamente, lo que debían pensar los aspirantes a ganar el premio en El semáforo.

El concurso, dirigido por Chicho Ibáñez Serrador y presentado por Jordi Estadella, Marlène Mourreau y Asunción Embuena, se emitió en La 1 entre el 27 de octubre de 1995 y el 12 de julio de 1997.

En este peculiar concurso, los participantes, todos ellos anónimos, acudían al plató a mostrar sus presuntas habilidades y, para conseguir el millón de pesetas del premio, debían convencer al público de que eran los mejores. Así, el programa contaba con un semáforo que limitaba la participación de los espectadores presentes en el plató.

Cuando el semáforo estaba en rojo, el público debía permanecer en completo silencio mientras veían la actuación del concursante; al pasar al ámbar, podían empezar a hablar y reflexionar sobre su opinión; y, cuando el semáforo cambiaba al verde… podían aplaudir, si les había gustado la actuación o golpear una cacerola, patalear, abuchear, silbar si no era así.