El caso de unos padres que maltrataban en su casa a sus ocho hijos en Colmenar Viejo ha sobrecogido en los últimos días a nuestro país. Ahora, las autoridades tratan de dilucidar cómo se producían los malos tratos por parte del padre y si también la madre de los pequeños estaba sufriendo agresiones y vejaciones.

Según han informado los agentes encargados del caso, el padre de la familia ejercía como médico en un hospital de Madrid y, para evitar que sus hijos fuesen al colegio cuando habían recibido alguna paliza, firmaba justificantes falsos. Ahora, la Consejería de Sanidad ha apuntado que abrirá un expediente al hombre.

"Lo que sucede en nuestras vidas privadas es independiente del ámbito médico. El hospital tiene que abrir un expediente con una serie de justificaciones para poderle echar, rescindir el contrato o lo que sea. Lo que sucede en su vida es una cuestión separada y ser psicópata, aunque pueda parecer mentira, no es un delito", ha recalcado el psiquiatra José Miguel Gaona en El programa de Ana Rosa.

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Por su parte, Ana Rosa Quintana ha destacado que, aunque fue una de las niñas quien  no pudo más y contó la situación que estaba viviendo en su casa, previamente, hubo "ausencias permanentes, niños a los que se les ve desnutridos...": "Con lo que hemos visto, es difícil que esos niños estuvieran en buenas condiciones. ¿Nadie se dio cuenta?".

"Tuvo que ser terrible la conversación que tuvo una de las niñas mayores con la jefa de estudios, ante la que, al parecer, declara a la Guardia Civil que le estaba suplicando ayuda con los ojos. Ella no se atrevía a verbalizar nada, se la llevan por separado y es cuando la niña se rompe y suplica que no quiere regresar a su casa", ha recapitulado Patricia Pardo.

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"No podemos permitir que una niña de 13 o 15 años denuncie a sus padres, es lo que más terrorífico me parece. De ningún modo le podemos reclamar a una niña que ella ejerza la acusación contra sus progenitores, que son las personas que la tienen que proteger. Ese ecosistema se sostenía gracias a esta niña y a otras dos de las mayores, que eran quienes protegían y cuidaban a los pequeños. De ninguna manera se les debería separar, aunque es muy difícil", ha agregado la periodista.

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De la misma manera, Pardo ha resaltado que, a través del relato de otros compañeros del colegio y de sus padres, que "llegaban incluso a hacerles los disfraces de Carnaval porque sabían que, de ningún modo, la madre les iba a hacer absolutamente nada": "Para que no se sintieran discriminados confeccionaban los disfraces para ellos. Niños que iban con piojos, una madre que decía que no se iba a gastar un duro. ¡Es que lo sabía todo el mundo!".

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"Cada uno sabía un trocito", ha explicado Ana Rosa que, además, ha hecho referencia a las condiciones en las que se encontraba el patio de la vivienda. "Es muy fácil que cada uno asuma su responsabilidad. Que una vecina diga que estaban hacinados en el patio con las ventanas cerradas o que habían prendido fuego a la valla...", ha apuntado Patricia Pardo.