No es morbo, es curiosidad, o por qué nos gusta ver programas sobre crímenes reales en la tele o plataformas

'Dahmer on Dahmer', uno de los formatos disponibles en Hayu de género 'true crime'.
'Dahmer on Dahmer', uno de los formatos disponibles en Hayu de género 'true crime'.
HAYU
'Dahmer on Dahmer', uno de los formatos disponibles en Hayu de género 'true crime'.

El formato televisivo true crime, que puede traducirse por crímenes reales, es uno de los que están más en alza en los últimos tiempos. Son documentales en los que se habla sobre asesinatos reales, donde se muestran las imágenes policiales del caso, hablan los testigos, se muestran las pruebas, a los implicados… y se explica cómo se cometió y resolvió el crimen.

Un estudio de Parrot Analytics, plataforma global de medición de audiencias, concluyó que este género fue el más demandado en 2021. Al contrario de lo que podría pensarse a priori, el morbo no está detrás de esta demanda, sino la curiosidad humana y los sentimientos que provoca enterarse de los pormenores de un asesinato, de su investigación y de su como y porqué.

Sobre este género tiene mucho que decir la plataforma especializada en realities Hayu, donde es posible encontrar más de 70 docu-series sobre crímenes reales, como A Wedding and A Murder, License to Kill, Snapped, Unholy Matrimony o Dahmer on Dahmer. La psicóloga Ciara Molina, experta en gestión emocional y autora de varios volúmenes sobre su campo, explica el porqué de esta fascinación por el true crime.

En primer lugar, no es una cuestión de morbo. "Se ha malentendido el concepto de morbo", explica Molina. "Morbo es el gusto por lo desagradable, lo cruel, lo prohibido… El género true crime no es morboso porque no implica un gusto insano por ver sufrir a la gente, tiene que ver con la curiosidad, el conocimiento, la búsqueda de experiencias…", hace ver la psicóloga.

¿Y, por qué atrae este género? "Por la curiosidad, el ser humano necesita recabar información de su interés. Hay estudios sobre la curiosidad que la tipifican en cinco tipos, y cualquier espectador puede verse reflejado en uno de esos supuestos", expone la profesional.

Según indica un estudio publicado por Social Psychological and Personality Science las mujeres son más propensas a consumir historias de crímenes reales que los hombres. La prevalencia es de un 70% mujeres, un 30% hombres, según los datos.

"Vivimos en una sociedad en la que a las mujeres se les ha dicho que tienen que protegerse y en este género se recaba información sobre los agresores y de cómo podríamos actuar ante una situación parecida, aporta una sensación de seguridad", explica la psicóloga, pues una de las características más generalizada y marcada entre las mujeres es su instinto de supervivencia y, precisamente este instinto "lleva a querer saber cómo debemos comportarnos si nos sucediese a nosotras", por lo que el contenido mostrado en el true crime "conecta con el aprendizaje y la sensación de protección".

En el caso de los varones "la parte racional les gusta mucho y en este tipo de géneros se dan muchos datos, se aporta mucha información sobre las investigaciones", hace ver Ciara Molina, dejando claro que son rasgos generales.

Pero existen otros muchos motivos por los que este género está en alza. ¿Recuerdan lo dicho unas líneas más arriba sobre la curiosidad? Este tipo de programas producen precisamente eso, curiosidad, y este género, según explica el psicólogo Todd B. Kashdan (2017), de la Universidad George Mason, conecta con las cinco categorías de la curiosidad. Por ejemplo, en lo que se denomina exploración alegre, "podrían encontrar su motivo un estudiante de criminología o un futuro policía".

La llamada sensibilidad a la carencia, es otro aspecto de la curiosidad, cuando alguien necesita sentir que tiene control para no convertirse en víctima. También puede influir la tolerancia al estrés, entendido como las ganas de resolver el misterio, donde encajarían "espectadores enganchados a la incertidumbre, la investigación, al thriller".

Otra arista es la curiosidad social, que se ve reflejada en "el interés por saber hasta dónde llega la mente humana, querer saber qué piensan y hacen otras personas, pero sobre cosas que no se identifican con nosotros".

Y, por último, la búsqueda de emociones, en este caso, de nuevas experiencias emocionales, no exploradas hasta ahora, "sensaciones nuevas, experiencias emocionales que no habíamos experimentado".

Así, Molina concluye que el género del true crime "nos motiva a nivel psicológico, sube nuestra adrenalina y activa nuestro instinto de supervivencia. Podría decirse que nos hace sentirnos más vivos".

También nos interesa porque los seres humanos socializamos por empatía o lo que es lo mismo, "ver estos realities nos sirve para reafirmar nuestros puntos de vista morales sobre lo que está bien y lo que está mal y de esta forma revisamos nuestra escala de valores respecto a nuestra relación con los demás", afirma Molina.

El miedo también tiene mucho que ver, pues los crímenes de los que se habla pueden llegar a ser terroríficos. Y claro, "hay una correlación entre el miedo y el placer, van de la mano, entre otras cosas porque se originan en la misma zona del cerebro". "Hay una descarga de adrenalina, pero a la vez estamos tranquilos y seguros en el sofá", expone la psicóloga.

También hay una suerte de fascinación por el mal, que lejos de ser algo cuestionable, es una cuestión de supervivencia. "Al ser humano le atrae el mal. No podemos evitar que hay aun acto violento y girarnos a verlo, porque estamos diseñados para sobrevivir. Lo incomprensible nos atrae y en eso se incluyen las personalidades oscuras, como maquiavélicos, sociópatas, sádicos, narcisistas o psicópatas", muchos de ellos protagonistas de los documentales de true crime.

Ciara Molina está acostumbrada a dos preguntas típicas cuando se habla de estos temas. ¿Cualquiera puede ser un asesino? La respuesta es sí, "porque puede darse la tensión adecuada, las circunstancias necesarias para ese impulso". Por otro lado… ¿Todos los asesinos tienen enfermedades mentales? "Hay un estudio que demuestra que de todos los crímenes violentos sólo un 5% de sus autores tenían enfermedades mentales y de ellos apenas un 7% cometieron los crímenes por los síntomas de una enfermedad", explica la psicóloga.

De la mano de NBCUniversal, Hayu es el primer servicio de streaming de vídeo bajo demanda por suscripción de este tipo, disponible en 29 mercados, incluído España. Se pueden descargar y ver más de 300 programas y 9.000 episodios, además de una selección de películas, todo ello sin publicidad. La mayoría de los shows se estrenan en la plataforma el mismo día de su lanzamiento en EE UU.

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