Hace ya más de una semana que Tamara Falcó e Íñigo Onieva disfrutaron de una lujosa escapada a Bali (Indonesia), donde pasaron las vacaciones de Semana Santa con los planes más paradisíacos y más románticos. Sin embargo, en su regreso a España, la marquesa comenzó a encontrarse mal y, por ello, tuvo que ser ayudada por su novio en el aeropuerto.

Tal y como mostró Fiesta este domingo, la hija de Isabel Preysler tuvo que ir en silla de ruedas en el aeropuerto de Bali. Fue su pareja, que estaba muy atento, quien la ayudó, empujándola y haciendo todos los trámites en los mostradores de las aerolíneas.

"El final de ese viaje fue agridulce, un final que nada tiene que ver con esas imágenes que tanta envidia nos han dado durante los días que han pasado en Indonesia", explicó María Verdoy en el programa de Emma García.

Lo cierto es que Tamara Falcó volvió delicada de salud, pero, aunque no se trataba de un problema de movilidad, pidió que la llevaran en silla de ruedas, algo que es habitual. "No sabían si era algo vírico o alguna picadura y eso, al llegar a España, la mantuvo cuatro o cinco días en casa", señaló Aurelio Manzano.

Lo cierto es que, tras su regreso a Madrid, el propio Íñigo Onieva fue quien comentó a los reporteros que su novia no había acudido a trabajar a El hormiguero porque estaba enferma. Y la propia marquesa de Griñón, al volver al programa de Pablo Motos, también confirmó que había estado mala pero ya se encontraba bien.

Por tanto, finalmente su dolencia no fue nada grave y ha evolucionado favorablemente. De hecho, estaba perfectamente este fin de semana, cuando la pareja ha celebrado una íntima y exclusiva fiesta de compromiso.