Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Chanel vuelve a arrasar en 'Eurovisión': así esquiva un fallo clásico en el festival

Así marca Chanel su diferencia entre cantante y artista.
​Eurovisión: así se construyó como símbolo LGTBI.
Chanel en la primera semifinal de Eurovisión 2024.
Chanel en la primera semifinal de Eurovisión 2024.
RTVE
Chanel en la primera semifinal de Eurovisión 2024.

En esta sociedad hiperconectada, todo va más rápido que nunca. Incluso la nostalgia. Ya no esperamos veinte años para celebrar un revival, mejor sólo dos. Así Chanel ha vuelto a Eurovisión, para abrir la primera semifinal junto a Eleni Foureira, representante de Chipre en 2018 y Eric Saade, de Suecia en 2011.

Chanel quedó tercera en Eurovisión 2022, aunque en el imaginario colectivo ganó. La memoria es así de elástica. El éxito y el fracaso, a menudo, sólo es un estado mental. Y Chanel se alzó con la victoria psicológica en Turín. Y un poco en este Eurovisión 2024, que acaba de empezar: su actuación de apertura ha sido catártica.

SloMo ha emprendido una nueva vida esta noche. El performance venía con el hándicap de poder malograr el mitificado recuerdo social, ya que no se ha utilizado la coreografía original, con sus pasos a cámara lenta que tanto hemos intentado emular. Cada uno a su manera. Chanel ha tenido que dejar de danzar tal coreo en sus conciertos debido a problemas con los derechos de copyright de la coreografía, que su autor registró a la norteamericana. 

Y ha tocado poner en escena otro baile. Y qué baile. Se ha hecho de la desilusión virtud. De hecho, en Eurovisión ser demasiado evidente suele ser el enemigo de los países participantes. Como consecuencia, al SloMo le ha sentado bien el cambio a la sueca a través de una realización visual trepidante que no cae en la trampa de otro fallo habitual del eurofestival: dejarse engatusar por el arsenal de juguetes técnicos disponibles en escena y olvidarse por completo de mostrar la expresividad de los intérpretes.

Ahí es donde Chanel marca la diferencia entre cantante y artista. Incluso cuando la trepidante realización visual de cámaras puede engullirte por completo.  Incluso entre tanta pirueta, ella tiene claro dónde está su público.

Con este cierre del número inicial de la primera semifinal, los suecos saben que deben dejar constancia desde el minuto uno de su maestría televisiva y congregar una apertura espectacular que sumerja a la audiencia en la atmósfera de estar ate un acontecimiento imperdible. Para lograrlo, han creado un videoclip en directo con una coreografía perfecta de cámaras, luz, música y personas en escena. Así se provoca una adictiva experiencia sensitiva en el ojo del público, que después de este inicio quiere más y más. Se queda atrapado en el show.

El performance de Chanel ha contado con un baile de cámaras tan complejo como veloz. Las cámaras, sus cables, sus trávelin y sus zooms casi se han movido más que los bailarines, Muchos dirán que este despliegue en directo es pan comido, pues en Eurovisión la realización va automatizada desde hace años. Pero se olvidan que quién pone en movimiento la técnica son personas, no robots. De los operadores de cámara a la propia Chanel, que está sublime. Porque no sólo tiene que cantar y bailar en directo, también debe controlar milimétricamente cada posición para estar mirando a cámara en el corto segundo que llega el codiciado primer plano, donde se transmiten las emociones más puras en la audiencia.

Una cámara voladora, la spidercam, es capaz de correr a toda velocidad desde un gran plano general del escenario al primerísimo plano del rostro de Chanel. Y ahí está ella, de frente a su público. Aunque haya dado varias piruetas y volado por los aires un segundo antes. O tienes claro cuando el espectador podrá ver el brillo de tus ojos o el plató gigante de Eurovisión te terminará comiendo

¡Reina!, ¡Icono!, ¡Chillo!, ¡PEC! Cuántas exclamaciones ha provocado el regreso de Chanel a Eurovisión, aunque su manera de convertir el barullo en empatía en primer plano es lo que siempre se llamó artista. Y punto.

Periodista

Licenciado en Periodismo. Máster en Realización y Diseño de Formatos y Programas de Televisión por el Instituto RTVE. Su trayectoria ha crecido en la divulgación y la reflexión sobre la cultura audiovisual como retrato de la sociedad en los diarios 20 minutos, La Información y Cinemanía y en programas de radio como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero y 'Gente Despierta' de RNE. También ha trabajado en ‘La hora de La 1' y 'Culturas 2' de TVE, entre otros. Colabora con diferentes universidades y es autor del libro 'Tele: los 99 ingredientes de la televisión que deja huella'.

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