Carta a José María Íñigo de su hija Piluca tras su muerte: "Con que no era grave..."

El periodista José María Íñigo, uno de los presentadores habituales del festival de Eurovisión y programas musicales.
El periodista José María Íñigo, uno de los presentadores habituales del festival de Eurovisión y programas musicales.
Javier Herráez / EFE
El periodista José María Íñigo, uno de los presentadores habituales del festival de Eurovisión y programas musicales.

"Con que no era grave". Con esta frase comienza la carta que Pilar Íñigo, más conocida como Piluca, le dedicó a su padre, José María Íñigo, después de despedirlo el domingo en una ceremonia sencilla e íntima tras su fallecimiento el pasado sábado 5 de mayo. Y es que esa frase —dice— "es lo que estará resonando en su interior". Según Piluca, su padre "nunca quiso saber qué pasaba. Solo si el bicho, como él lo llamaba, era bueno o malo".

Y ella, ahora, simplemente ha querido hacer un repaso de la vida del periodista, presentador de radio y televisión, desde sus inicios como "almoadillero en San Mamés" hasta "el momento más visto de la historia de la televisión en España". Piluca en el funeral leyó esta carta, con toques emotivos y recuerdos que no se borrarán de su memoria. En ella resalta también las muestras de cariño y agradecimiento: "Algo tuvo que hacer", comenta, para que su padre levantara tal "ola de cariño" tras su muerte.

"Dejemos de lamentar su pérdida y de resaltar la tristeza. La ola de cariño que levantó ayer su marcha transforma esa tristeza en alegría, felicidad y sobre todo orgullo. Algo bueno tuvo que hacer. Es más, algo muy bueno para que ayer recibiéramos dos cartas de Palacio, un WhatsApp personal de Albert Rivera, una nota del presidente de Gobierno", explica la hija de José María Íñigo.

En el texto hace un repaso a su vida profesional, pero también personal del que considera "la persona más brillante e inteligente" que ha conocido. "Sin él, no habría llegado a ser quien soy hoy en día [...] Me falta el bigote y sus ojos azules pero comparto su curiosidad, inquietud, afán por nuestro idioma y descubrir nuevos. E incluso su estatura que como él siempre dijo: somos bajitos porque la inteligencia, pesa".

Una persona de pocas palabras, pero "justas, directas e inteligentes", según Piluca. "Recuerdo que me dijo una vez, yo he hecho todo un viaje de 500 km de Madrid a Bilbao sin hablar. A lo que respondí '¿ni una palabra?' y me dijo 'sí: ¿baño?'. Pararon y reanudaron la marcha", cuenta la hija del periodista.

Y ella lo sigue sintiendo a su lado: "Abrazo a mi hermano Dani, el primogénito, para sentir a nuestro aita. Eduardo fue creado a su imagen y semejanza; Chemi sigue siendo José María Íñigo, una suerte que le ha abierto muchas más puertas que al resto de hermanos, ¿verdad? O mi madre, ya que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, aunque en su caso tuvo dos".

Para terminar, pide un aplauso para su padre, que "no es un padre cualquiera", pese a que "él siempre dijo que esto no se pide".

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