Entrevista

Ana Morgade: "Ser feminista es algo que me ha ayudado a ser mejor persona"

fotografo: Jose Gonzalez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Fuera de Contexto - Ana Morgade
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PREVISIONES 20M
fotografo: Jose Gonzalez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Fuera de Contexto - Ana Morgade
Ana Morgade Fuera de Contexto

Ana Morgade, 8 de noviembre de 1979, Madrid.

Ana Morgade en el entorno del arte se siente cómoda, por eso la cito en la Swinton Gallery y me asegura que se encuentra como en casa, aunque a veces tenga instintos incendiarios. Y es que acaba de arrancar un proyecto llamado Subastas suicidas. "Hacemos una subasta a la baja, que se va depreciando, porque el fuego se va zampando a la obra, con el permiso del artista siempre" me explica.

Incendiaria, literal y metafóricamente, porque nunca se ha callado: "De pequeña hablaba mucho y mis padres me dijeron que me hiciese abogada, que con mi labia ganaría los casos, y mira dónde he acabado".

De letrada a actriz, presentadora y cómica nada menos, un viaje que nunca hubiese imaginado: "Si mi yo de 14 años pudiera colarse por un agujerito y echar un vistazo, fliparía, yo no tenía ni idea de que me iba a ir tan bien en esta vida".

Y es que esto del Porvenir es un misterio, así se llama, precisamente, la obra que estrena en el teatro Galileo, ahora Sala Quique San Francisco, hasta el 3 de diciembre, una reflexión generacional sobre lo que se supone que es el éxito en la vida.

"Al teatro le llamaría mi amor de toda la vida, porque es lo primero que yo he hecho desde que era muy pequeña. Desde los 17 años me subí a las tablas, me enamoré profundamente de la sensación y ya nunca me bajé", afirma.

Hay muchos chistes que decía hace 15 años que hoy no me apetece hacer, y eso está bien

Lo que sí ha dejado, y elegidamente, es la televisión, porque fue madre: "La tele tiene una cosa que es un poco engañosa… tienes la sensación de que cuando la gente se va, se va para siempre". Ella misma se ha reído cuando ha leído alguna noticia, cuyo titular es "qué fue de Ana Morgade", por eso me dice: "Cuando trabajas en televisión crees que no hay otra manera de trabajar y ya cuando sales te das cuenta de que la radio tiene otros tempos, es más tranquila".

Aunque su nueva vida, de tranquila, no tiene nada. "La conciliación no existe, tienes que hacer lo mismo que hacías antes, ser igual de funcional, pero con el doble de trabajo", afirma.

Hace unos años apareció en plena Seminci de Valladolid vestida con un portatrajes reivindicando los cuerpos no normativos: "Hemos establecido una sociedad en la que a las mujeres de postparto se las esconde… y vuelven a aparecer cuando tenían el cuerpo de antes, como si no hubiese pasado nada, como si ser madre fuera un trauma. Hay que enseñar esos momentos porque también forman parte de la vida".

No hay que dejar de discutir, lo que hay que dejar es de gritarse

Reivindicativa y feminista convencida me asegura que "ser feminista" es algo que me ayudado "a ser mejor persona". Algo que la ha hecho evolucionar en su vida y en el humor: "Si siguiera haciendo los mismos chistes de hace 10 años menudo timo. Hay muchos chistes que decía hace 15 años que hoy no me apetece hacer, y eso está bien, significa que te ha cambiado la sensibilidad y que has crecido".

Más mayor y más sabia, pero igual de inquieta y de rotunda asegura: "Hay que decir lo que se piensa, pero desde un lugar afectuoso. No hay que dejar de discutir, lo que hay que dejar es de gritarse". Y esto lo dice en bajito, porque las verdades no necesitan altavoz.

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