Elon Musk aviva la polémica en OpenAI y comparte una carta de supuestos exempleados criticando a Sam Altman

El comunicado, que no está firmado ni ha sido reconocido como real por OpenAI, acusa a Altman (CEO) y Brockman (presidente) de “un patrón inquietante de engaño y manipulación”, impulsados por “su insaciable búsqueda de lograr inteligencia artificial general”.
Sam Altman y Elon Musk han tenido diferencias desde que Musk se marchó de OpenAI.
Sam Altman y Elon Musk han tenido diferencias desde que Musk se marchó de OpenAI.
20bits // Canva
Sam Altman y Elon Musk han tenido diferencias desde que Musk se marchó de OpenAI.

A Elon Musk solo le hacen falta unos 100 caracteres en X para seguir sembrando el caos en torno al drama de estos días de OpenAI. Te recuerdo la situación:

La junta directiva de la compañía más popular de 2023 decidió el pasado viernes despedir a Sam Altman como director ejecutivo y relegar a Greg Brockman de su silla de presidente, aunque manteniéndole en la empresa.

Después de varios días de idas y venidas, entre los que destacan una oferta de empleo a Altman, Brockman y el resto de los empleados para unirse a Microsoft y una carta abierta de la mayor parte del personal —unos 750 de los aproximadamente 770 trabajadores que tiene OpenAI— amenazando con abandonar la empresa en masa si no se restituía a su líder, este miércoles a primera hora la compañía que ha desarrollado ChatGPT anunciaba la vuelta del hijo pródigo.

“En principio, hemos llegado a un acuerdo para que Sam Altman regrese a OpenAI como CEO con una nueva junta inicial formada por Bret Taylor (presidente), Larry Summers y Adam D'Angelo”, comunicaba en X (antes Twitter) la empresa.

¿Qué tiene que ver Elon Musk en la crisis de OpenAI?

Ya hace unos días, Elon Musk, que no puede faltar a una fiesta, también hizo acto de presencia en esta polémica y posteó un vídeo meme de El Risitas mofándose de toda la situación. Lo que no se podía imaginar el magnate es que la televisión pública andaluza Canal Sur respondiera al post reclamándole los derechos de imagen.

Llamaban a Musk ‘Elondo’ y le pedían que pague la “licencia de uso” de utilizar la imagen de Juan Joya Borja, El Risitas, en una de sus visitas a ‘Ratones Coloraos’, el programa de Jesús Quintero.

La participación de Musk en esta historia, sin embargo, no termina ahí y, de hecho, se pone cada vez más interesante: “Me acaban de enviar esta carta sobre OpenAI. Estas parecen ser preocupaciones que vale la pena investigar”, decía el dueño de X en su propia plataforma.

El enlace original ya no funciona, pero los usuarios han compartido el contenido de la carta a través de otros medios. Se trata, supuestamente, de un comunicado emitido por algunos exempleados de OpenAI y dirigido a su junta, aunque el documento está sin firmar. En él se acusa a Altman y Brockman de “mala conducta”.

“Somos exempleados de OpenAI que dejamos la empresa durante un período de gran agitación. Como ahora habéis sido testigos de lo que sucede cuando te atreves a enfrentarte a Sam Altman, tal vez podáis comprender por qué muchos de nosotros hemos permanecido en silencio por temor a las repercusiones. Ya no podemos permanecer en silencio”, dice la carta.

Y añade: “A lo largo de nuestro tiempo en OpenAI, fuimos testigos de un patrón inquietante de engaño y manipulación por parte de Sam Altman y Greg Brockman, impulsados por su insaciable búsqueda de lograr inteligencia artificial general (AGI)”.

Los supuestamente exempleados acusan a los líderes de la compañía de un maltrato hacia quienes llevan la contraria: “Muchos de nosotros, inicialmente esperanzados en la misión de OpenAI, decidimos darles a Sam y Greg el beneficio de la duda. Sin embargo, a medida que sus acciones se volvieron cada vez más preocupantes, quienes se atrevieron a expresar sus preocupaciones fueron silenciados o expulsados. Este silenciamiento sistemático de la disidencia creó un ambiente de miedo e intimidación, sofocando efectivamente cualquier discusión significativa sobre las implicaciones éticas del trabajo de OpenAI”.

Por el momento, no hay evidencia que sugiera que la carta compartida por Musk sea real y ni Altman ni OpenAI se han pronunciado al respecto.

¿Cuál es la relación de Elon Musk con OpenAI?

Te recuerdo que el creador de Tesla y de SpaceX fue uno de los grandes inversores en OpenAI cuando la empresa se creó en 2015. Musk cedió unos 50 millones de dólares de su fortuna para que la compañía iniciara su andadura, pero tras desavenencias con sus responsables acabó saliéndose del proyecto en 2018.

Hace unos meses, el empresario aseguraba que él era “la razón por la que OpenAI existe” y que se sentía “como un grandísimo idiota” porque en los inicios de la empresa creyó que esta no iba a poder competir con gigantes de la inteligencia artificial como Google o DeepMind.

La relación de Musk con Altman y el proyecto se agrió más tarde. A principios de 2018, mientras el trabajo de OpenAI en la tecnología de generación de texto que conduciría a ChatGPT ganaba impulso, Musk sugirió que quería adquirir una participación mayoritaria en la empresa. Altman y otros no estuvieron de acuerdo y Musk dejó la junta directiva, haciendo —como no podía ser de otra manera— una salida dramática en una reunión en la que predijo que la empresa fracasaría.

A mediados de febrero de este año, el multimillonario afirmó que esta tecnología era “uno de los mayores riesgos para el futuro de la civilización” y que podría ser “tanto positiva como negativa” y admitía que temía “haber hecho algunas cosas para acelerarla” antes que se regulase al respecto.

¿Cómo echaron a Altman de su propia empresa?

Durante algo más de dos días, Emmett Shear fue el CEO de OpenAI, la empresa de inteligencia artificial líder en el mundo. “Estoy profundamente satisfecho con este resultado, después de aproximadamente 72 horas de trabajo muy intensas”, dijo el cofundador de Twitch en una publicación en X sobre la vuelta de Altman como director ejecutivo de la compañía.

Para comprender verdaderamente los acontecimientos de esta semana hay que entender que OpenAI no es una empresa de tecnología. Al menos no como otras empresas históricas de la era de Internet, como Meta y Google.

OpenAI se estructuró deliberadamente para resistir los valores que impulsan a gran parte de la industria tecnológica: una búsqueda incesante de escala, un enfoque de construir primero, preguntar después, para lanzar productos de consumo. Fue fundada en 2015 como una organización sin fines de lucro dedicada a la creación de inteligencia artificial general que debería beneficiar a “la humanidad en su conjunto”.

Los estatutos de la empresa establecen que el “principal deber fiduciario de OpenAI es con la humanidad”, no con los inversores, ni siquiera con los empleados.

Así, a diferencia de Google, Facebook y muchos otros gigantes tecnológicos, la empresa detrás de ChatGPT no se fundó para ser un negocio. Más bien, sus creadores la gestaron como una organización sin fines de lucro, con la esperanza de que no estuviera en deuda con intereses comerciales. Pero conforme la tecnología de la empresa fue creciendo en popularidad, también fueron creciendo los inversores.

Si bien OpenAI pasó posteriormente a un modelo con fines de lucro, su accionista mayoritario sigue siendo la organización sin fines de lucro OpenAI Inc. y su junta directiva. Esta estructura única hizo posible que cuatro miembros de dicha junta directiva —el científico jefe de la compañía, dos empresarios tecnológicos externos y una académica— destituyeran al director ejecutivo Sam Altman el viernes.

Fue también esa estructura híbrida la que creó tensiones entre las dos ‘tribus’ en OpenAI, como las ha llamado Altman en otras ocasiones. La tribu de la seguridad, liderada por el científico jefe y miembro de la junta directiva Ilya Sutskever, cree que la empresa debe ceñirse a su propósito fundacional y solo implementar la inteligencia artificial con cuidado. La tribu comercial parece estar deslumbrada por las posibilidades generadas por el éxito de ChatGPT y quiere acelerar.

Es extremadamente raro que las grandes empresas tecnológicas tengan una estructura de este tipo. Meta, la empresa matriz de Facebook, así como Google y otros, están esencialmente configuradas de manera opuesta: otorgando a los fundadores el control final sobre la empresa y la junta directiva a través de una clase especial de acciones con derecho a voto que no están disponibles para las masas.

La razón por la que la junta directiva de OpenAI decidió actuar contra Altman sigue siendo un misterio y ese vacío ha dejado espacio para rumores, incluido el de que Altman estaba dedicando demasiado tiempo a proyectos paralelos o era demasiado deferente con Microsoft. También ha alimentado teorías de conspiración, como la idea de que OpenAI había llegado ya a la creación de inteligencia artificial general (AGI) y que la junta había activado el interruptor de apagado siguiendo el consejo del científico jefe, cofundador y miembro de la junta, Ilya Sutskever.

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