El arroz es uno de los alimentos clave de la dieta mediterránea y uno de los más sencillos de preparar si sabemos el tiempo exacto de cocción para que no se quede duro ni se pase. Funciona como producto principal en el plato, pero también como guarnición, por lo que muchos consumidores lo incorporan habitualmente a su dieta. De hecho, el consumo de arroz en España fue de 3,83 kilos por persona en 2022, según Statista. Además, este alimento es uno de los favoritos para cocinar y conservar para consumir otro día, aunque hay que saber cómo almacenarlo y cómo recalentarlo si queremos evitar problemas de salud.
De hecho, esta última cuestión ha sido abordada por el experto en primeros auxilios Miguel Assal (@miguel_assal) quien ha publicado en su cuenta de Instagram un vídeo en el que asegura los peligros de consumir arroz pasados varios días desde su cocción. Assal asegura que la intoxicación puede provocarse no por cómo se recalienta, sino por cómo se conserva, puesto que es entonces cuando prolifera la bacteria que puede conllevar malestar, diarrea y dolores abdominales, entre otras molestias y problemas más graves en personas inmunodeprimidas, niños y embarazadas.
Qué bacteria tiene el arroz recalentado
En el arroz, entre los 4 y 60 grados, crecen rápidamente las esporas de la bacteria Bacillus Cereus que, tal y como afirma Assal, puede provocar daños en nuestra salud. Uno de los peligros de este parásito es que no modifica ni el sabor ni el aspecto de este alimento, por lo que nos puede parecer que está en perfectas condiciones para su consumo, cuando, sin embargo, podemos estar expuestos a un peligro.
Para evitar su proliferación de la bacteria, nunca se debe guardar arroz cocido a temperatura ambiente. Aunque sí que se debe dejar enfriar para reducir los picos de azúcar en sangre, debe pasar, como máximo, una hora hasta que se almacena en la nevera. Además, el experto en primeros auxilios recomienda hacerlo en porciones pequeñas y poco profundas, dentro de un táper o en un recipiente protegido por papel film.
Cómo se debe recalentar el arroz
Pese a las advertencias, no hay por qué dejar de consumir arroz de un día para otro, solo hay que tomar las precauciones necesarias. Y es que, si se conserva adecuadamente, se puede comer sin ningún problema. Algo similar ocurre con otros alimentos como los huevos que, si se someten a cambios drásticos de temperatura, pueden suponer un peligro para nuestra salud sin saberlo. De ahí las recomendaciones de no almacenarlos en la puerta de la nevera.
Así, además de refrigerarlo con garantías, hay que recalentarlo de la forma correcta: la mejor opción es volver a pasar el arroz por una olla o sartén con una pequeña cantidad de líquido y dejarlo cinco minutos a fuego lento. Eso sí, respecto a cuántas veces se puede recalentar el arroz hay que ser estrictos: solo podremos volver a calentarlo una vez más tras la primera cocción. Es decir, si lo hemos almacenado en la nevera y lo recalentamos, lo que sobre, esta vez, se debe desechar. Además, hay que tener en cuenta el tiempo que el arroz dura en la nevera, ya que no es recomendable guardarlo durante más de tres días.
El experto en primeros auxilios ofrece otra alternativa para consumir el arroz ya cocido: comerlo frío. De hecho, de esta forma, estamos ingiriendo un gran prebiótico que ayuda al sistema digestivo y a la microbiota.
¿Qué es el arroz proteína o carbohidrato?
La importancia de conocer la correcta conservación del arroz es fundamental para no tener que renunciar a esta gran fuente de proteínas y vitaminas en nuestra dieta. Este alimento aporta niacina, riboflavina, tiamina, ácido fólico, vitamina D y ácidos grasos omega 3. Por ello, es una opción libre de grasas y de colesterol que se incluye en muchas alimentaciones variadas y equilibradas.
Además, es uno de los alimentos escogidos por los deportistas cuando necesitan una dosis de energía. Y es que, el arroz es un carbohidrato (en 100 gramos hay 28,2 de carbohidratos) capaz de reponer las reservas de glucógeno que se gastarán durante el esfuerzo. También potencia la síntesis proteica del tejido muscular para que estos tengan fuerza a la hora de entrenar. Por último, también aporta una leve ingesta de proteínas.
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