Con el paso del tiempo envejece nuestro cuerpo, pero también nuestro cerebro, haciendo que sean más frecuentes los problemas de memoria, según Eurostat, casi el 20% de la población en España ha tenido dificultades moderadas o graves para recordar o concentrarse. Esto puede deberse a muchos motivos y, aunque revertir el envejecimiento del cerebro no es posible, sí lo es cuidarlo al máximo para que esto no suceda antes de tiempo.
En estos casos, lo mejor es llevar una vida saludable, haciendo ejercicio físico, pero también trabajando el cerebro, favoreciendo actividades como la lectura. Una vida social activa, en la que se interactúa con otras personas, también puede ser esencial. También hay algunos alimentos y suplementos que pueden ayudarnos a retrasar este envejecimiento, como es el caso del ginkgo, que además también tiene propiedades antioxidantes y favorece la circulación sanguínea.
Ginkgo: propiedades y beneficios
El ginkgo es una de las especies de árbol viva más antigua, un árbol milenario originario de China que ha sido empleado durante años en la medicina tradicional. La mayoría de los derivados se preparan con el extracto de las hojas, que son las que concentran sus propiedades. Esta planta tiene propiedades antioxidantes, gracias a los flavonoides, neuroprotectoras y también tiene efecto vasodilatador, mejorando la circulación y reduciendo la viscosidad de las plaquetas, lo que se produce gracias a los terpenoides.
Se ha estudiado en diversas ocasiones la efectividad de esta planta, que se consume en forma de cápsulas o té, para el aumento del rendimiento cognitivo en términos generales también se ha investigado su eficacia para prevenir la demencia o para tratar a las personas que sufren deterioro cognitivo leve, aunque en este caso los resultados no han sido claros.
Los ginkgólidos y bilobálidos, son los activos que contienen sus hojas y que ayudan a aumentar la vitalidad mental y favorecer el riego sanguíneo, gracias a ello, la sangre circula de manera más fluida, permitiendo un suministro adecuado de oxígeno y nutrientes. Esto, sumado al efecto antioxidante de los flavonoides, protege las células del deterioro prematuro.
Se espera que esta planta contribuya también a mejorar la memoria en adultos sanos, mejorando la función cognitiva, como decíamos antes, algunos estudios han mostrado resultados positivos ante casos de deterioro cognitivo leve y demencia, aunque todavía queda mucho por estudiar.
También suele emplearse para aliviar vértigos y acúfenos, cuando el origen de estos últimos es vascular e involutivo; su uso está aconsejado para abordar problemas de vértigos y mareos porque promueve un estado de bienestar mental y un equilibrio nervioso. El ginkgo se usa para mejorar la pesadez en las piernas, aliviar calambre o la sensación de manos y pies fríos asociado a trastornos circulatorios menores.
Contraindicaciones de esta planta
Las investigaciones reflejan que el consumo de ginkgo es seguro en cantidades moderadas, aunque un consumo excesivo podría provocar dolor de cabeza, mareos, palpitaciones cardíacas, malestar estomacal, estreñimiento o reacciones alérgicas en la piel, y el consumo de sus semillas, crudas o tostadas tampoco se recomienda, porque son venenosas.
No en todos los casos se recomienda su consumo, por ejemplo, está desaconsejado en caso de embarazo o en periodo de lactancia, personas con problemas de coagulación sanguínea o que estén tomando medicación anticoagulante. Las personas epilépticas o con tendencia a tener convulsiones también deberían evitar consumirlo, porque en grandes cantidades puede provocarlas.
También conviene suspender su consumo si alguien está planeando someterse a una cirugía, porque aumenta el riesgo de sufrir sangrado. Además, en caso de diabetes, será necesario controlar con cuidado los niveles de azúcar en sangre.
Referencias
Ginkgo. (2023, 10 agosto). Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/es/drugs-supplements-ginkgo/art-20362032
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