Los suplementos vitamínicos han cobrado una nueva vida en los últimos años en parte por el impacto de las redes sociales. Creadoras de contenido y famosas comparten sus rutinas dietéticas y alaban las bondades de estos productos en la piel, el pelo, los músculos… Esto deriva en mensajes sobre una necesidad falsa de amplificar el contenido de proteínas y otras sustancias que de forma natural están en nuestro cuerpo o, en todo caso, que podemos reforzar con la alimentación.
El colágeno es uno de esos suplementos que aparecen a menudo en redes sociales y anuncios publicitarios. Como producto se puede encontrar en polvo, tabletas o pastillas. En cuanto a la dosis diaria, la desinformación y el hecho de que su consumo no suela pasar por la prescripción médica, provoca que en ocasiones la ingesta sea mayor de la recomendada, sin tener en cuenta los perjuicios que acarrea.
El déficit de colágeno y la necesidad de reforzarlo a través de un producto solo está justificado mediante un argumento médico, es decir, si se padece por ejemplo una patología articular. El suplemento que se adquiere normalmente está compuesto por minerales y otras sustancias, de ahí las diversas funciones que se le atribuyen. Sería importante en este caso tener en cuenta si el resto de sustancias pueden provocar interacciones con medicamentos que estemos tomando.
Como subrayan desde la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, es importante tener claro que el colágeno está presente en nuestro cuerpo, de hecho es la proteína más abundante. Se encuentra en huesos, piel, músculos, tendones y cartílagos. Favorece la movilidad y ayuda a la flexibilidad de los tejidos.
¿Es una probable solución antiarrugas?
Desde la web divulgativa de Harvard apuntan que no existe evidencia científica solvente que constate, a día de hoy, que el suplemento de colágeno ayude en funciones que publicitariamente se le atribuyen, como evitar el envejecimiento, o lo que es lo mismo, que ayude a frenar la aparición de arrugas.
Aunque hay algún que otro estudio en el que se han confirmado ciertas mejora en la hidratación y elasticidad de la piel en mujeres que habían consumido colágeno hidrolizado con respecto al grupo placebo, no hay que olvidar que son cohortes de edades muy amplias y personas con características fisiológicas diversas. Por otro lado, desde Harvard apuntan también el conflicto de intereses: las investigaciones pueden estar patrocinadas por la misma industria que comercializa estos suplementos.
Cómo reforzarlo de manera natural
- En la dieta: desde la Escuela de Salud Pública de Harvar recuerdan que podemos reforzar en cierta forma el papel del colágeno ya presente en nuestro organismo a través de la dieta. Mediante alimentos ricos en colágeno como carne asada, pechuga o filete. En otros casos, los alimentos estimulan su producción natural: pescado, aves, carne, huevos, lácteos, legumbres y soja.
- Con hábitos de vida saludable: un descanso suficiente, con un promedio de entre 7 y 9 horas diarias; evitar el tabaco; ejercicio físico regular; controlar el estrés; y limitar el tiempo expuesto a salud solar directa o usar un protector solar adecuado.
Referencias
Harvard School of Public Health (2021, mayo). Collagen. https://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/collagen/
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