"Al luchar contra el cáncer, combinar la terapia estándar con la nutricional fortalece el sistema inmunológico"

El bioquímico Valter Longo, autor de 'El ayuno contra el cáncer'.
El bioquímico Valter Longo, autor de 'El ayuno contra el cáncer'.
Cortesía.
El bioquímico Valter Longo, autor de 'El ayuno contra el cáncer'.

Según la International Agency for Research on Cancer, en el año 2020 se diagnosticaron aproximadamente 18 millones de casos nuevos de cáncer en el mundo y esta cifra podría aumentar en un 40% durante las próximas dos décadas. Se ha avanzado mucho en la lucha contra el cáncer, pero no debemos olvidar tampoco que se trata de una enfermedad muy compleja: en un tumor puede haber diversos tipos de células y cada uno responder a una terapia distinta.

Cuando hace más de una década el reconocido bioquímico italiano Valter Longo planteó durante las jornadas de un congreso internacional de oncología la relación que existe entre metabolismo, nutrición y longevidad, muchos miembros de la comunidad científica rechazaron sus ideas. Y es que en general, la medicina tradicional ha obviado los poderosos efectos del metabolismo y el ayuno para afrontar una enfermedad como el cáncer.

Sin embargo, Longo no ha desistido en su empeño. Lleva treinta años investigando sobre los beneficios de la alimentación para lograr una longevidad saludable, de los cuales quince han estado dedicados al estudio del cáncer. En su nuevo libro El ayuno contra el cáncer (Grijalbo, 2023) recoge varios casos clínicos de pacientes con distintos tipos de tumores cuyos resultados demuestran que el ayuno, en combinación con un programa de nutrición basado en la dieta de la longevidad, mejora la eficacia de los tratamientos antitumorales y reduce los efectos colaterales de los fármacos. Hoy por hoy, las investigaciones de su equipo han contribuido a que algunos de los más importantes centros oncológicos del mundo empiecen a tener en cuenta la combinación de la terapia metabólica con la terapia tradicional. De todo ello hablamos en esta entrevista exclusiva para 20Minutos.

¿Qué es la terapia metabólica contra el cáncer y en qué complementa a la terapia tradicional?Existen muchas terapias metabólicas. Si hablamos de la terapia nutricional, dentro de lo que son las terapias metabólicas es la que más avanzada está porque hay más fármacos que están diseñados para afectar el metabolismo. Tenemos, por ejemplo, la terapia inmune, el inhibidor de las enasas, la terapia hormonal… Todas estas terapias están muy dirigidas a afectar al tumor lo que pasa es que hay muchos tipos de tumores. Lo que intentan es afectar a las células para que acaben muriendo pero hay algunas células que pueden escaparse. El trabajo de la terapia metabólica o de la nutricional es asegurarse de que todas estas células cancerosas mueren y no consiguen escapar.  

La combinación de quimioterapia con la dieta que imita al ayuno en mujeres con cáncer de mama se ha visto que han tenido 5 veces menos posibilidades de no responder al tratamiento

Usted lleva 30 años investigando sobre los beneficios de la alimentación para lograr una longevidad saludable, de los cuales quince han estado dedicados al estudio del cáncer. ¿Ha llegado por fin el momento en que los centros oncológicos empiezan a tener en cuenta que la dieta y el ayuno combinados con los tratamientos tradicionales son beneficiosos?Al principio todo el mundo nos decía ‘estáis locos, esto no tiene sentido’. Incluso los propios científicos nos decían que era una locura. Lo que pasa es que tras los estudios y ensayos clínicos que se han hecho en animales sí que se ha visto que hay oncólogos que ya no dan un no rotundo, sino que lo miran, lo estudian, lo siguen de lejos, otros más de cerca… Algunos no están de acuerdo, pero lo siguen para ver cómo va evolucionando y, sobre todo, porque hay pacientes que les preguntan por este tipo de terapias metabólicas. En este sentido sí que ha habido un cambio bastante importante.

Otra cosa que hemos visto es que aunque el oncólogo diga ‘no te preocupes de la alimentación que no importa’ ya hay pacientes que empiezan a reclamar otra cosa. Hay pacientes que dicen: bueno, este oncólogo me está diciendo que no, pero como es una cosa que me interesa voy a buscar otro oncólogo que esté más abierto o que sea más holístico o esté abierto a probar no solo esta terapia metabólica sino otro tipo de cosas que puedan ayudar al paciente además de la terapia estándar.

Es cierto que en el mundo hay muchos oncólogos que conociendo todas estas otras vías que pueden ser complementarias dicen ‘mira es que tienes un tipo de cáncer que hay un 99 por ciento de supervivencia, te voy a dar la terapia estándar y vamos a ver’. Pero un paciente que tiene un 30, un 50 o un 60 por ciento de supervivencia muchos oncólogos dicen ‘mira te voy a dar la terapia estándar, pero además vamos a intentar complementarlo con la dieta, por ejemplo, la dieta que imita al ayuno’. Y esto es también lo que preconizamos nosotros: que este tipo de terapias complementarias se hagan de una manera controlada como hacemos con la dieta que imita al ayuno, que está establecida cómo se tiene que hacer y con un seguimiento.

El bioquímico Valter Longo.

Valter Longo

  • Bioquímico
Valter Longo (Génova, 1967), bautizado como el «gurú de la longevidad», es un bioquímico reconocido a nivel internacional por sus investigaciones en el campo del envejecimiento y las enfermedades relacionadas. Es director del Instituto de Longevidad de la prestigiosa Facultad de Gerontología de la Southern California University en Los Ángeles, donde también ejerce de profesor. Dirige, además, el laboratorio de longevidad y cáncer del Instituto de Oncología Molecular (IFOM) de Milán. Ha publicado en las revistas científicas más prestigiosas, como Nature, Science y Cell, y ha recibido varios de los principales premios internacionales sobre el envejecimiento, entre los que destacan el Nathan Shock Lecture Award del National Institute on Aging en 2010, el Vincent Cristofalo «Rising Star» Award por la investigación de la American Federation for Aging Research en 2013 y el Glenn Award por la investigación sobre la biología del envejecimiento en 2016. En 2018 la revista estadounidense TIME le incluyó en la lista de las cincuenta personas más influyentes del mundo en el campo de la sanidad.
Ninguno de los estudios que se han hecho dice que combinar el ayuno con el tratamiento estándar sea algo negativo para el paciente

El libro es un gran compendio de casos clínicos en los que esta terapia ha funcionado. ¿Qué resultados esperanzadores han obtenido en este tiempo sobre la combinación de fármacos dirigidos y las dietas imitadoras del ayuno?Hay muchísimos estudios que se están haciendo sobre este tipo de terapias metabólicas. Por ejemplo, en la Universidad de Leiden se ha hecho un estudio con mujeres con cáncer de mama en el que se ha analizado a mujeres que habían hecho ocho ciclo completos de quimioterapia más la dieta que imita al ayuno y se ha visto que han tenido 5 veces menos posibilidades de no responder al tratamiento. Han pasado de un 27% de no respondedoras a un 5% de no respondedoras al tratamiento. Es un cambio importante, ya que no es normal ver esta reducción tan drástica ni siquiera con la inmunoterapia.

Otro ejemplo, dos médicos del Instituto Italiano del Cáncer de Milán han hecho también un estudio con cien pacientes y han visto que el sistema inmunológico se ve mucho más fuerte cuando se hace la terapia estándar combinada con la dieta del ayuno. El sistema inmunológico está mucho más fuerte para poder combatir las células cancerígenas. Hay muchos ensayos que se están haciendo todavía que ofrecen son resultados muy prometedores y lo que es más importante aún: ninguno de los estudios que se han hecho dice que combinar el ayuno sea algo negativo para el paciente.

Sobre este estudio con los cien pacientes se ha publicado un artículo, en el que de los cien pacientes vistos cinco tenían un cáncer en estado avanzado y combinando las dos terapias han tenido resultados fantásticos. El hecho de que al utilizar esta combinación de terapias tengas cinco pacientes que dan resultados que tú ni te esperabas no es coincidencia. Se ha publicado en el European Journal of Cancer porque este resultado es algo excepcional y muy prometedor.

Se trata de hacer este ayuno para quitarle la alimentación a las células cancerígenas que son más fuertes y no saben parar. Digamos que se acaban suicidando

Uno de los principales temas del libro es la diferencia del uso de los nutrientes que hacen las células tumorales y las células normales. ¿Cómo funciona en cada caso?Si nosotros dejásemos de comer durante un mes no nos pasaría nada. Es decir, vamos a perder peso pero vamos a estar bien, no es ningún problema. Traslademos esto a las células. A las células normales si están un mes sin comer no les pasa nada. Pero, ¿qué le pasa a las células cancerígenas? Que son distintas. ¿Por qué? Porque las células normales si ven que no tienen aporte de energía lo que hacen es protegerse. Es como si dijesen: ‘vale no tengo aporte de energía me protejo y me paro, me quedo como estoy hasta que vuelva a tener energía’. Pero las células cancerígenas no entienden esto y se rebelan y dicen ‘a mí me da igual, no me entra energía pero yo voy a seguir trabajando, voy a seguir corriendo…’. ¿Qué es lo que hacen las células cancerígenas? Van a buscar todo el azúcar, todos los aminoácidos… que encuentren en la alimentación y en el cuerpo para seguir trabajando, sea lo poco que sea. ¿Y qué es lo que pasa? Que cuando nosotros somos un paciente de cáncer, nuestro médico está preocupado por porque no quiere que perdamos peso, aunque me esté dando quimioterapia, radioterapia o un tratamiento me está dando también de comer para que no esté débil y al darme de comer está alimentando a las células normales pero también a las células cancerígenas. Por lo cual las células cancerígenas, aunque a mí me están dando el tratamiento, siguen teniendo aporte energético, siguen trabajando y siguen comiendo.

La analogía que utilizo siempre es: tú coges a un millón de personas y te las llevas al desierto pero les das lo que quieran de agua y les pones a la sombra. Bebiendo su agua y protegidos del sol van a poder sobrevivir. ¿Qué pasa con las células cancerígenas? Si tú las llevas al desierto, bajo el sol (tratamiento de quimioterapia o radioterapia), no les das sombra y no les das agua, estas células que aunque no tengan aporte energético no saben parar, siguen corriendo por el desierto. ¿Y qué es lo que va a pasar? Que al final sin agua y con sol van a morir. El truco o el quid de la cuestión es quitarle la alimentación a las células, porque si yo a esas mismas células las pongo bajo el sol, no les doy sombra pero les doy agua, las más fuertes como tienen agua van a seguir teniendo un aporte energético y van a sobrevivir. Por tanto, se trata de hacer este ayuno para quitarle la alimentación a las células que son más fuertes y que no saben parar. Digamos que se acaban suicidando.

Cuando mejor funcionan los tratamientos contra el cáncer, cuando más posibilidades tenemos de curar es cuando combinamos las terapias

¿Cómo favorecen los ciclos de ayuno antes de comenzar la quimioterapia u otro tratamiento? ¿Se podría decir que es como ‘matar de hambre’ al cáncer?El objetivo no es matar de hambre a las células sino hacer que estén lo más débiles posible para que el sol - es decir, nuestra quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia, terapia inhibidora de quinasa…- las encuentre más débiles y pueda atacarlas mejor. Porque yo no he visto a nadie que se haya curado solo con un tipo de terapia. Ni siquiera en los ratones con una sola terapia he visto que se diga ‘se cura totalmente’. Siempre que hemos curado el cáncer ha sido con una combinación. Cuando mejor funcionan los tratamientos, cuando más posibilidades tenemos de curar es cuando combinamos las terapias, tanto en ratones como en humanos.

Y es importante que esta combinación de terapias sea con la de la dieta que imita al ayuno porque, por ejemplo, con la terapia de inhibidor de quinasa en ratones con cuatro ciclos hemos conseguido acabar con el cáncer pero también hemos acabado matando al ratón. Por tanto, tenemos fármacos que sí que pueden acabar con el cáncer pero es que acaban también con el paciente. Nosotros lo que hemos visto que que si combinamos la dieta que imita el ayuno con uno o dos o tres ciclos de fármacos o drogas sí que podemos acabar con el cáncer pero no acabar con el paciente. Por eso a la dieta que imita al ayuno la llamamos ‘la carta blanca’ porque es una terapia que puede combinarse con todos los otros tipos de terapias que existen.

Tenemos que hacer este ayuno teniendo como base la ciencia y de una manera que sea factible, efectiva y segura, no se trata de ayunar por ayunar

La dieta de la longevidad, ya descrita en su libro anterior y ligeramente modificada en éste para pacientes con cáncer, tiene como base la evidencia científica pero también es el resultado del estudio de las dietas que han adoptado poblaciones centenarias ubicadas en distintos lugares del mundo, preservando las tradiciones y costumbres mantenidas durante años. ¿Por qué nos hemos desviado tanto de ellas?Nos hacemos exactamente la misma pregunta (risas). Efectivamente en el pasado, en todo el mundo, llegaba el verano y teníamos frutas, teníamos de todo, comíamos bien y entrábamos en un modo resistente de insulina en el que empezábamos a crecer y crecer y a acumular y acumular porque en invierno no teníamos esos alimentos. El cuerpo tenía reservas para poder funcionar. El problema es que ahora en la sociedad actual estamos en un verano constante. Vamos comiendo, comiendo y comiendo y por eso tenemos enfermedades como la diabetes, que es un ‘invento’ moderno. Cada vez tenemos más casos porque no ayunamos, acumulamos y acumulamos y no gastamos aquello que estamos acumulando.

De hecho, acabamos de terminar un estudio sobre diabéticos en el que conseguimos, simplemente con la dieta que imita el ayuno durante cinco días al mes, una regresión de la diabetes. ¿Qué es lo pasa? Que algo que en el pasado se daba de forma natural, lo hemos olvidado. Lo que nosotros decimos es que tenemos que volver a ese estilo de dieta. Lo que pasa es que tampoco es tan sencillo como la gente puede llegar a pensar. No es cojo y me pongo a hacer ayuno y ya está porque si yo hago demasiado ayuno mi metabolismo entra en un modo digamos que de ‘consumo de mínimos’ y eso tampoco es bueno. Si yo hago mucho ayuno el metabolismo dice ‘me voy a morir’ y lo poco que coma lo voy a guardar porque no sé cuando me va a entrar más energía. Por eso hay mucha gente que dice ‘como poquísimo pero no consigo bajar peso’. El cuerpo lo que piensa es ‘me estás dando un ayuno sin ningún control’ pues voy a acumular y me voy a guardar todas las grasas que pueda. Sin embargo, la dieta que imita el ayuno lo que nos permite es hacer ese ayuno sin que entremos en ese estado en el que nos hacemos resistentes a la insulina y en el que empezamos a acumular y no dejamos que nuestro metabolismo entre en ese estado de alerta de supervivencia. Este ayuno y la dieta que imita al ayuno hay que hacerlo siempre teniendo como base la ciencia y teniendo como base un control, no podemos hacerlo de cualquier manera. Tenemos que hacerlo de una manera que sea factible, efectiva y segura, no se trata de ayunar por ayunar.

¿Cuáles son las principales características de la dieta que imita al ayuno que propone en este libro?Para que los oncólogos acepten la dieta que imita el ayuno se lo tenemos que dar como algo que sea lo más parecido a un fármaco. ¿A qué me refiero? A algo que está aprobado por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) que esto es lo que nosotros hemos intentado hacer. Para que tenga más aceptación vamos a hacer todo el proceso para que la FDA nos lo apruebe. ¿Qué pasa? Que cuando se lo planteamos, si la dieta que imita el ayuno tiene unos 60 ingredientes, la FDA quería que se redujese a unos seis o siete ingredientes y eso para un paciente es muy difícil de seguir.

¿De qué se trata? Pues de que la dieta que imita el ayuno se estandarice y se dé siempre de la misma manera y siguiendo el mismo protocolo. Por ejemplo, para un paciente de cáncer lo que se preconiza son 600 calorías al día, es una dieta basada en plantas 100%, mucha grasa, muy poca proteína, muy pocos azúcares y muy pocas calorías. Y esto, cuatro o cinco días al mes. Este sería el protocolo y lo que tenemos que hacer es que sea siempre igual y para todo el mundo igual. Por ejemplo, tenemos estudios de que en China, en Sudamérica y en España se quiere utilizar esta dieta para un tipo de tumor, pues tenemos que conseguir que el protocolo sea el mismo en los tres lugares. Se ha hecho un ensayo de combinación de la inmunoterapia con la dieta que imita el ayuno en España para pacientes con cáncer del pulmón en ratones y ha funcionado muy bien pero se ha hecho con un protocolo, con unas instrucciones y con un ‘timing’ específico: tres días de dieta de ayuno con la inmunoterapia y luego un día más con la dieta del ayuno. Si quieres que funcione bien tienes que seguir el mismo protocolo y estandarizarlo. Si conseguimos que se estandarice y se haga de la misma manera creo que los gobiernos y los seguros van a acabar reembolsando este tipo de terapias porque cuesta mucho menos hacer la combinación de estas terapias que hacer los ciclos completos de otro tipo de terapias solo. Y si conseguimos que se estandarice, los oncólogos van a ver que es un tratamiento estandarizado, que es eficaz y van a estar más abiertos a seguirlo y utilizarlo.

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