Aunque no hay todavía datos epidemiológicos oficiales, se calcula que, al igual que ocurre en otros países, en España un 5% de la población sufre poliposis nasal, una enfermedad respiratoria que puede causar rinosinusitis de manera crónica y afectar muy negativamente a las personas que la padecen.
A pesar de que la incidencia es alta, existe un gran desconocimiento en torno a esta enfermedad. Para concienciar sobre ella y su importancia, la compañía farmacéutica GSK ha puesto en marcha la campaña ‘Por un futuro de narices’. Además, organizó un el coloquio “Por un futuro de narices en la rinosinusitis crónica con poliposis nasal”, que reunió a la divulgadora Boticaria García y a los especialistas Isam Alobid Alobid - Otorrinolaringólogo y coordinador de la Unidad Multidisciplinar de Cirugía de Base de Cráneo en el Hospital Clínic de Barcelona- y al doctor José Miguel Villacampa Aubá, especialista en Otorrinolaringología y Patología Cérvico-facial en la Fundación Jiménez Díaz.
¿Qué es la poliposis nasal y por qué se produce?
Como su propio nombre indica, la poliposis nasal es la presencia de pólipos en las fosas nasales, “un pólipo es un crecimiento de tejido que no debería estar ahí. Si está en una fosa nasal, no es preocupante, pero si aparecen en las dos se denomina poliposis nasal, una enfermedad que causa una inflamación crónica puede llegar a obstruir las fosas nasales”, asegura el doctor José Miguel Villacampa Aubá.
Las causas primeras de esta enfermedad no se conocen del todo, aunque se sabe que hay factores que influyen, como fumar, las infecciones prolongadas, tener asma o la predisposición genética, “hay muchas teorías, como el tabaco, algunos hongos…, pero ninguna está 100% comprobada. Hay algunas poliposis asociadas a una enfermedad en concreto, como la fibrosis quística en algunos niños pequeños, pero la poliposis nasal como tal no tiene una causa única”, aclara el doctor José Miguel Villacampa Aubá. Aunque esta enfermedad puede darse a cualquier edad, lo más normal es que aparezca en la mediana edad, entre los 30 y los 50 años.
¿Qué síntomas provoca y cómo afecta a la calidad de vida?
Los dos síntomas pilares que provoca la poliposis nasal son, como explica Isam Alobid Alobid, “tener la nariz tapada y la mucosidad, tanto por la nariz como por la garganta. Estos dos síntomas pueden derivar también en dolor o presión facial o, cuando es grave, pérdida de olfato”. Este último es clave para diagnosticar la enfermedad, un síntoma al que, gracias a la pandemia, por fin se le está dando la atención que merece, “el paciente sufre, por cómo respira, pero también por la falta de olfato. Hasta que no ha llegado el covid para hablar de la anosmia, nadie hablaba de ella, pero altera mucho la calidad de vida de quienes la padecen, especialmente aquellas personas que se dedican a profesiones como enólogos, perfumistas, cocineros… se quedan sin salida laboral”, alerta. Otros síntomas que también pueden aparecer son apnea y ronquidos.
Aunque puedan parecer banales, tener estos síntomas de manera crónica merma mucho la calidad de vida de los pacientes con rinosinusitis con poliposis nasal, “es mucho más que tener mocos, como cree alguna gente, es una enfermedad muy incómoda. Es como si cada día te despiertas con un gran catarro y no puedes respirar, te duele la cabeza de la congestión, tienes dificultades para respirar, especialmente cuando haces deporte, tienes que respirar por la boca con todo lo que implica, dificultad para conciliar el sueño… Y todo eso afecta en todos los niveles. Especialmente al laboral, pues por un lado puede provocar más absentismo, y por otro porque ir al trabajo con un fuerte dolor de cabeza o no habiendo dormido nada causa bastante limitaciones y afecta mucho a la productividad”, asegura José Miguel Villacampa Aubá. Los síntomas que provoca la enfermedad también pueden repercutir en otros ámbitos de la vida, como el social o incluso repercutir negativamente en la salud mental.
Cómo se trata y se maneja la enfermedad
Para tratar la enfermedad cuanto antes y que merme lo menos posible la calidad de vida de los pacientes, lo mejor es detectarla pronto, y para ello, como recomienda el doctor Alobid Alobid, lo mejor es ir médico de familia en cuanto tenemos síntomas como mocos y/o congestión, y especialmente si van acompañados de pérdida de olfato o si padecemos alguna enfermedad asociada, como alergia, sinusitis o asma. Y es que, la mejor manera de abordar la enfermedad es de un modo multidisciplinar, “en primer lugar, hay que hablar con el otorrino, pero si hay enfermedades asociadas como asma o alergia, hay que hablar con otros especialistas. El asma es una de las comorbilidades más frecuentes, por eso en estos pacientes hay que estar especialmente atentos para empezar a tratarlos rápido, porque cuanto antes los tratemos, menos consecuencias a largo plazo”, alerta.
Una vez diagnosticada la enfermedad, el tratamiento de base suelen ser los corticoides, ya sea intranasales o sistémicos, medicamentos que, sobre todo a largo plazo, pueden causar efectos adversos y tienen riesgos asociados. También pueden complementarse con antibióticos, antihistamínicos incluso omeprazol, según este artículo de la SEORL (Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello).
En casos graves y que no responden al tratamiento puede recurrirse a la cirugía endoscópica nasosinusal (CENS) y realizar una polipectomía, que consiste en la extirpación de los pólipos, operación que tampoco está exenta de riesgos.
Además, la enfermedad requiere otros cuidados, como lavados nasales diarios, “en la poliposis el sistema natural de limpieza de la nariz para evitar alérgenos, partículas, etc., está alterado, por eso los pacientes con poliposis tienen que limpiarse mucho la nariz con agua nasal o suero salino”, recuerda José Miguel Villacampa Aubá.
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