¿Por qué no tengo ganas de sexo? Cómo abordar la falta de deseo

Imagen representativa de falta de deseo sexual
La falta de deseo puede esconder problemas de pareja.
GTRESONLINE
Imagen representativa de falta de deseo sexual

El deseo sexual no es lineal, y va variando a lo largo de la vida en función de la edad, nuestro estado de salud, anímico, de cómo estemos con nuestra pareja, y un largo etcétera. Sin embargo, si la falta de deseo sexual se prolonga más de lo debido en el tiempo o nos llega a crear problemas con nuestra pareja, puede haber llegado la hora de buscar soluciones. Jordi Isidro Molina, psicólogo experto en terapia de pareja y director de Cedipte-Psicología nos da algunas claves para abordar la falta de deseo sexual.

Causas biológicas vs. causas psicológicas

En la falta de deseo prolongado pueden influir múltiples factores, que podemos dividir en dos grandes bloques: las causas fisiológicas y las psicológicas. “En el grupo de las fisiológicas encontraríamos problemas hormonales, problemas en las tiroides, diabetes, lesiones en los órganos sexuales, trastornos alimentarios, edad, entre otros. Y sin olvidar ciertos medicamentos que hacen disminuir la libido”, afirma Jordi Isidro. Entre los hombres, por ejemplo, es muy común entre las causas fisiológicas el descenso de los niveles de testosterona por distintas causas, y entre las mujeres, la entrada en la menopausia influye directamente en el descenso de la libido, así como las enfermedades crónicas. Dentro de las psicológicas, más complejas, encontramos, por ejemplo, “la ansiedad, el estrés, falta de autoestima, trastornos del estado de ánimo como la depresión, trastornos del sueño, problemas en la pareja, falta de deseo por la pareja, problemas de comunicación…” y un largo etcétera.

Ante un problema de falta de libido, Jordi Isidro recomienda descartar antes las causas biológicas pues son menos frecuentes y más fáciles de abordar, “en general, son mucho más habituales las psicológicas. Las biológicas son más extrañas, aunque existen, y siempre hay que descartar primero las causas fisiológicas antes de trabajar con las psicológicas”.

¿Es más común entre las mujeres?

Un mito muy extendido es que la falta de deseo sexual es más común entre las mujeres, pero, como nos confirma Jordi Isidro, no es más que eso, un mito “influenciado por nuestra cultura que sigue creyendo que el terreno sexual es masculino y la mujer solo se deja llevar por los deseos del hombre. Por suerte, ya se ha podido demostrar que las mujeres también tienen deseo sexual y cada vez más lo están potenciando”.

Sin embargo, sí existen algunas diferencias. Por ejemplo, “a la mujer le cuesta más confesarlo porque se siente juzgada si reconoce que quiere tener más deseo o necesita tener más sexo. En el hombre se acepta ese deseo, mientras que a la mujer se la coarta. Un ejemplo de esto es el mundo de la masturbación, que se sigue viendo más normal en hombres que en mujeres, cuando es igual de sano y necesario en hombres que en mujeres. Por suerte estos conceptos machistas van desapareciendo porque no tiene ninguna base donde apoyarse”, asegura.

Por dónde empezar: algunos consejos para recuperar el deseo

Para afrontar la falta de deseo, lo primero es reconocer que existe, y después, encontrar la causa, “el primer paso es hacer una buena valoración y buscar las causas. Una vez sepamos las causas, nos centraremos en solventarlas y en hacer un tratamiento en base a qué soluciones o mejoras podemos incorporar a esa persona. Además, siempre es importante valorar si es un problema de deseo sexual en general o con tu pareja concretamente. Si es solo con tu pareja nos encontraríamos ante una crisis de pareja que hay que resolver”.

Aunque cada persona es un mundo y hay que buscar las causas de manera individual, Jordi Isidro también encuentra aquí algunas diferencias entre los hombres y las mujeres, “en general, la mujer suele necesitar calma para desear y querer tener sexo, mientras que el hombre a veces utiliza el sexo para relajarse, puede estar muy tenso y desear sexo. Y aquí puede afectar para encontrar las causas”.

Una vez halladas las causas, hay que pasar a la acción. Si es una falta de deseo individual, Jordi Isidro recomienda “regular nuestro ánimo, nuestra ansiedad y nuestros ciclos de sueño”. En definitiva, buscar la calma y el relax, “tener tiempo para uno mismo, desconectar, quitarte presión, etc.”. Y es que el estrés suele una de las causas principales de la falta de deseo menos graves.

Si la falta de deseo es hacia tu pareja, la cosa se complica, pues hay que buscar causas más profundas, “lo más importante es mejorar la comunicación, buscar estar más tiempo con tu pareja, buscar momentos de calidad juntos, incorporar nuevas rutinas sexuales a la pareja, novedades, hacer un viaje, etc. El objetivo es buscar recuperar ese deseo que por problemas de pareja ha quedado relegado a un segundo plano, buscar esa chispa que vuelva a encender la llama”, aconseja Isidro.

¿Cuándo deberíamos acudir a un profesional?

Si la falta de deseo se prolonga, “si pasan 2 o 3 meses y vemos que ese deseo no aumenta ni solos ni acompañados, incluso que disminuye, puede haber llegado el momento de buscar ayuda profesional”. Eso sí, antes de acudir a un psicólogo o sexólogo, hay que acudir al médico para que descarte problemas fisiológicos que estén detrás de esta falta de deseo. Una vez descartados, “sería aconsejable visitar un psicólogo, realizar una terapia de pareja o un sexólogo para tratar ese deseo y buscar soluciones”.

Aunque tampoco debemos obsesionarnos, pues, como recuerda Jordi Isidro, el deseo no es lineal ni tiene que estar presente en cada momento y etapa de nuestra vida, “una falta de deseo de unos días, semanas e incluso meses no es ningún problema y es algo normal en todos los seres humanos. A veces, se supone que todos tenemos que tener ganas y deseo las 24 horas del día y es absolutamente falso. Somos animales, tenemos nuestros ciclos sexuales, y épocas de más libido que otras”, apunta. 

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