Así es la rutina de entrenamiento que mantiene joven tu cerebro

Un estudio científico ha encontrado que un régimen que combine ejercicio aeróbico y de fuerza es ideal para mantener nuestro rendimiento cognitivo en las mejores condiciones posibles a medida que envejecemos.

Una mujer mayor entrenando en un exterior
Una mujer mayor entrenando en un exterior
Petar Chernaev
Una mujer mayor entrenando en un exterior

Las enfermedades neurológicas asociadas al envejecimiento, como las distintas formas de demencia, son cada vez más frecuentes en los países desarrollados a medida que la población envejece. Sin ir más lejos, en España ya casi un millón de personas convive con estas patologías, y se espera que en los próximos años la cifra aumente notoriamente. 

Se trata de enfermedades muy complejas en las que interviene una gran variedad de causas diferentes, en muchos casos inevitables, pero en las que también juegan un papel distintos factores del estilo de vida sobre los que sí que podemos actuar. Uno de estos puntos fundamentales que debemos cuidar es el ejercicio físico.

Una combinación equilibrada

Por lo general, la literatura científica ha mostrado de manera inequívoca que las personas que se mantienen físicamente activas a lo largo de la vida tienen un menor riesgo de padecer problemas neurológicos con la edad; sin embargo, hasta ahora no existe un gran número de estudios que se haya enfocado en definir qué tipo de ejercicios son los más idóneos para proteger nuestro sistema nervioso frente a los efectos del envejecimiento biológico.

No obstante, recientemente un nuevo trabajo publicado en el medio científico GeroScience y llevado a cabo por autores adscritos a la Fundación McKnight de Investigación del Cerebro ha encontrado que la mejor opción para proteger las capacidades cognitivas consiste en una combinación equilibrada de ejercicios de fuerza y entrenamiento aérobico/cardiovascular.

Además, un punto muy interesante de estas conclusiones es que los individuos que seguían estas pautas mostraban beneficios en áreas como la agilidad mental, la velocidad del pensamiento o la capacidad de adaptar su manera de pensar al margen de la duración e intensidad de los ejercicios.

El mejor tipo de ejercicio

Estos resultados se obtienen del análisis de 184 adultos de entre 85 y 99 años que estaban cognitivamente sanos, con una edad media de 88,49 años. Fueron ellos mismos quienes reportaron sus regímenes de ejercicio físico, y notablemente el 68,5% de ellos realizaba algún tipo de entrenamiento.

Los investigadores los dividieron en tres cohortes, en función de su actividad física: personas sedentarias, personas que sólo llevaban a cabo entrenamiento cardiovascular y personas que realizaban tanto ejercicio cardiovascular como ejercicios de fuerza. 

Posteriormente, midieron sus habilidades cognitivas empleando test normalizados diseñados para medir el deterioro cognitivo leve y los signos tempranos de demencia, y de este modo observaron que el grupo que combinaba las dos formas de entrenamiento era la que obtenía mejores resultados y la población sedentaria la que arrojaba los peores.

El ejercicio, fundamental para envejecer sanos

Existe ya abundante literatura científica que ha documentado los riesgos para la salud de los estilos de vida sedentarios. Por ejemplo, se sabe que es un indicador de un mayor riesgo metabólico y cardiovascular.

De hecho, esta es una de las vías propuestas por las que la actividad física podría afectar al rendimiento cognitivo. A nivel general, la salud cerebral se asocia de manera estrecha con marcadores como la sensibilidad a la insulina o con la incidencia de problemas cardiovasculares tales como hipertensión o ictus.

Por tanto, descubrimientos como el del artículo citado ilustran la importancia de que las personas mantengan cierta actividad física, incluso aunque sea moderada, durante tanto tiempo como sea posible para garantizar una mejor función tanto fisiológica como cognitiva a medida que envejecen.

Referencias

Ho, B.D., Gullett, J.M., Anton, S. et al. Associations between physical exercise type, fluid intelligence, executive function, and processing speed in the oldest-old (85 +). GeroScience (2023) DOI: https://doi.org/10.1007/s11357-023-00885-4

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