No es lo mismo que el mareo, aunque sus síntomas mantienen ciertas similitudes. Ambos trastornos afectan al equilibrio, y en las personas que los padecen existe la sensación de movimiento sin que éste, en realidad, se esté produciendo. En el caso del mareo se producen sensaciones desagradables de vacío en la cabeza, inseguridad e inestabilidad, estado general de malestar… incluso, en los casos más agudos, miedo a un desmayo inminente.
Por lo que respecta al trastorno que nos ocupa, y que según los datos de la Sociedad Española de Medicina Interna en su publicación 'Comunicar Salud', afecta o ha afectado al 80% de la población en España en algún momento de sus vidas, se trata de una alucinación del movimiento. Este problema del que hablamos son los vértigos, y con ayuda del doctor Francisco Espelde del hospital Universitario del Parc Taulí de Sabadell vamos a descubrir todas sus aristas, las causas, los tipos que existen y cómo actuar cuando suceden.
¿Cuál es la causa de que padezcamos vértigo?
Los vértigos se deben a una alteración del sistema vestibular, que se aloja en el oído interno, y cuyo centro neurológico está en el tronco del encéfalo. Se trata de un trastorno muy frecuente, y se pueden clasificar de diferentes maneras. Para el especialista, el doctor Espelde, una de esas formas de clasificarlos se fundamenta en la localización de la enfermedad que los ocasiona. Bajo este criterio, se pueden dividir en dos clases: periféricos y centrales.
Por lo que respecta a los primeros, son los menos graves, y están causados por la afectación del laberinto y del nervio vestibular. En este grupo están incluidos los vértigos más frecuentes. Los afectados por vértigo periférico pueden presentar, además de los síntomas habituales, pérdida de la audición, así como pitidos desagradables, presión y cierto dolor en los oídos.
En cuanto a los vértigos centrales, se producen por la alteración de los mecanismos neurológicos del propio sistema vestibular. En general, la mayoría de los vértigos afectan al oído medio. Resultan francamente incapacitantes pero, aún así, son los que tienen un mejor pronóstico.
Los vértigos, ¿son una enfermedad grave?
Los vértigos son muy molestos e incapacitantes para el día a día, especialmente porque suelen durar varios días, pero en la mayoría de los casos son benignos y tienden a mejorar.
Si hablamos de la manera de diagnosticarlos, para tener la certeza de que la extraña sensación de movimiento que sentimos se debe a vértigos no son necesarias exploraciones muy sofisticadas. Basta con la visita al médico para que éste, con unas cuantas preguntas y pruebas en consulta, llegue a la conclusión acertada.
En la tercera edad, la expresión de los vértigos suele presentarse en forma de inestabilidad, mareo o desequilibrio en la marcha. De hecho, como explica el doctor Espelde, en la edad geriátrica existen trastornos concretos y muy frecuentes, con manifestaciones específicas. Un ejemplo es el vértigo posicional paroxístico benigno, que se va haciendo más habitual según va avanzando la edad del paciente.
Esto es lo que debes hacer cuando sufres vertigos
El tratamiento farmacológico del vértigo periférico resulta hoy por hoy controvertido. Aún así, puede hacerse uso de fármacos como los antihistamínicos para mejorar la sintomatología. Una vez que sabemos cómo se comportan, seremos nosotros, los propios pacientes, quienes diagnostiquemos lo que nos está pasando. Si la clínica no evoluciona favorablemente en dos o tres días, es importante que consultemos al especialista.
En el caso de ser conscientes de que estamos sufriendo una crisis de vértigo, el especialista consultado nos da unas claves. Lo primero, ante los primeros síntomas, debemos acostarnos inmediatamente en una habitación tranquila sin apenas luz. Una vez en posición horizontal, no debemos hacer cambios bruscos de posición sino mantenernos inmóviles el máximo tiempo posible.
El segundo paso tiene que ver con la manera en la que llegamos a tumbarnos: "mucha precaución al caminar. Las probabilidades de caída son elevadas mientras transcurre una crisis de vértigos. Si tiene la posibilidad, pida a quien esté alrededor suyo que le ayude a caminar". Los movimientos de cabeza deben ser muy lentos, con mucho cuidado, para no exacerbar los síntomas. Cuando los vértigos hacen acto de presencia, el reposo es fundamental.
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