Las intoxicaciones alimentarias aumentan en verano en número y en gravedad, y tienen lugar con más frecuencia en el hogar que fuera de él. En España, el calor es uno de los factores que hacen aumentar estos problemas alimentarios.
Los cambios de horario, las comidas fuera de casa o las altas temperaturas que propician el crecimiento de microorganismos en los alimentos y ayuda a romper la cadena de frío con más facilidad son factores que hacen aumentar los problemas alimentarios.
De todo ello habla Miguel Assal en uno de sus últimos vídeos en Instagram y TikTok. Este técnico de emergencias prehospitalarias se refiere esta vez a los peligros de los alimentos precocinados envasados con las altas temperaturas del verano. Recuerda a este respecto el brote de botulismo por unas tortillas de patatas envasadas que fue noticia en julio.
Este divulgador de primeros auxilios en redes sociales muestra las señales de alarma que dan los envases. "Si vais a la tienda y veis cualquier tipo de perforación en el envase hay que desecharlo", asegura. Y lo mismo cuando encontramos un envase, él muestra uno de fiambre, hinchado: "Puede estar contaminado", alerta.
Assal nos anima a tener cuidado también con los frascos y latas de conserva. Hay que desconfiar si está abollado o hinchado: "Lleva aire dentro. Puede tener estar contaminado". Asegura que también hay que tener cuidado si al abrir un envase encontramos mucho líquido y con espuma. De nuevo, asegura este divulgador, hay que tener cuidado porque puede estar contaminado.
Mucha atención hay que poner también para no romper la cadena de frío. Recuerda Assal que un envase abierto que no hemos consumido por completo hay que conservarlo en la nevera. Pero hay que pasar su contenido a otro recipiente y mejor si es de cristal.
Consejos para evitar intoxicaciones en verano
A los consejos de Miguel Assal añadimos los que da la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Se trata de diez principios básicos de seguridad alimentaria que se deben seguir para evitar intoxicaciones en verano, evitando que las bacterias lleguen a los alimentos:
- Extremar la higiene personal. Lavarse las manos al ir al baño o al tocar animales, plantas, tierra... Y, sobre todo, siempre antes de manipular alimentos.
- Después de cocinar, refrigerar la comida cuanto antes, sin dejarla a temperatura ambiente, ya que es la más peligrosa.
- Al salir al campo o la playa, llevar la comida en recipientes muy limpios y herméticamente cerrados. Mantener fresca la nevera o cesta con la comida, con acumuladores o una bolsa de hielos.
- Las sobras de comida, a la nevera… o a la basura.
- Dejar los alimentos tapados y bien protegidos: así se evitan las visitas de los insectos, que pueden transmitir la intoxicación.
- Evitar la contaminación cruzada: tablas, platos o cubiertos que se hayan usado con alimentos crudos, no utilizarlos otra vez con los cocinados sin haberlos lavado. Usar cubiertos limpios al servir las salsas, ensaladas o guisos.
- Recalentar solo la porción que se vaya a consumir.
- En la compra, dejar para el final los alimentos que necesitan refrigeración.
- Tener especial cuidado con los productos con salsas, con mayonesas, con los asados y con las preparaciones que incluyen alimentos cocinados y crudos a la vez.
- En lugares donde el agua no ofrezca garantías, tomarla embotellada y sin hielo. Tener cuidado en ese caso también con las verduras frescas y los moluscos.
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