Las molestias más comunes derivadas de las comidas copiosas de Navidad y cómo tratarlas a tiempo

Comer en exceso puede provocar indigestión, un problema leve pero molesto.
Las enfermedades más comunes derivadas de las comidas de Navidad y cómo tratarlas a tiempo
Las enfermedades más comunes derivadas de las comidas de Navidad y cómo tratarlas a tiempo
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Las enfermedades más comunes derivadas de las comidas de Navidad y cómo tratarlas a tiempo

Las fiestas de Navidad son sinónimo de comidas y cenas abundantes y copiosas. Por supuesto, se trata de una de las ocasiones preferidas de los amantes de la gastronomía, pero también hay que recordar que estos excesos pueden tener consecuencias para la salud de nuestro cuerpo.

El exceso de comida en general o de ciertos alimentos en particular, así como el riesgo de contaminación de algunos ingredientes son las principales causas de los problemas más comunes. Estos son algunos ejemplos y cómo deberíamos atajarlos si aparecen.

Simple indigestión

Quizás la consecuencia más común es lo que conocemos técnicamente como dispepsia, que no es otra cosa que una indigestión. Es fácil de reconocer: una molestia en el abdomen superior, sensación de saciedad aunque no se haya comido demasiado y otros síntomas relacionados con la parte superior del tracto digestivo, como náuseas, vómitos o acidez.

En condiciones normales, puede aparecer por comer en exceso o por consumir mucha cantidad de ciertos alimentos difíciles de digerir (por ejemplo, por su alto contenido en grasa). La dispepsia por estos motivos no requiere tratamiento, pero si aparece de forma habitual y sin que parezca haber un motivo claro puede ser un síntoma de un problema más grave, por lo que debería ser evaluada por un médico digestivo.

Intoxicación alimentaria

Otro problema habitual son las intoxicaciones alimentarias, que derivan del consumo de alimentos contaminados y poco cocinados. En concreto, los pescados, los mariscos y la carne son especialmente vulnerables ante microorganismos como virus y bacterias, que después infectan el tracto digestivo.

La gravedad de la intoxicación varía ampliamente según el agente patógeno concreto. Las más leves tienden a cursar sólo con síntomas inespecíficos del tracto digestivo inferior (especialmente diarrea) y a veces náuseas y vómitos. Si estos son los únicos síntomas y no se prolongan mucho en el tiempo (vómitos y diarreas más de 10 horas), puede ser suficiente sólo con la reposición de líquidos para evitar la deshidratación.

En cambio, si los signos de la intoxicación duran, si aparece fiebre, si aumenta la frecuencia cardíaca (latido del corazón acelerado) o si aparece cualquier otro síntoma preocupante es imprescindible acudir al médico para que determine la etiología específica y trate la afección en consecuencia.

Reacciones alérgicas

Ciertos alimentos, incluyendo frutas, el marisco o frutos secos como los presentes en los dulces navideños pueden producir en algunas personas reacciones alérgicas que pueden llegar a revestir mucha gravedad. Incluso, esto puede darse en personas que nunca previamente habían mostrado ningún problema al comer estos ingredientes.

Las reacciones alérgicas más leves pueden consistir en reacciones cutáneas localizadas o picor leve en la cavidad bucal, y pueden tratarse con antihistamínicos de venta libre. Sin embargo, si aparecen síntomas más graves (reacción cutánea generalizada, problemas respiratorios súbitos, dificultad para tragar, picor o escozor intenso en la boca, inflamación de la lengua, descenso de la tensión) estamos ante una urgencia médica que requiere atención inmediata.

Intolerancias alimenticias

Las intolerancias alimenticias son distintas a las reacciones alérgicas: mientras que en las primeras el sistema inmune reacciona de manera desproporcionada contra algo que interpreta que supone una amenaza, en las segundas el sistema digestivo simplemente tiene dificultades para procesar un determinado alimento.

Es raro que aparezcan de manera súbita, y normalmente se detectan en evaluaciones digestivas completas a personas que muestran síntomas gastrointestinales de manera recurrente. En este sentido, los síntomas comunes son síntomas gastrointestinales del tracto inferior (gases y diarrea de aparición rápida tras ingerir el alimento desencadenante) y el tratamiento consiste en la eliminación del elemento problemático de la dieta. 

La más común es a la lactosa (presente en los lácteos) pero también puede darse a la fructosa (en las frutas), al gluten (en ciertos granos, especialmente el trigo) y otros alimentos.

Reflujo y acidez

Las comidas copiosas o ciertos alimentos y bebidas muy ácidos (como la sidra, el cava o el champán) pueden en ocasiones producir reflujo gastroesofagal en algunas personas. Se trata de una condición en la cual el ácido del estómago ingresa en el esófago (el conducto que comunica la boca con el estómago), irritando sus tejidos. 

Este problema, cuando es puntual, puede aliviarse simplemente con antiácidos de venta libre, y precauciones como dormir apoyado en el lado izquierdo del cuerpo pueden ayudar a minimizar las molestias. No obstante, si se vuelve recurrente es conveniente acudir a un profesional.

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