Ardores y dolor tras la digestión: diez claves para combatir el reflujo gastroesofágico

  • Los cambios en el estilo de vida constituyen la primera línea de defensa.
  • Conviene perder peso, evitar las comidas que lo agravan, limitar o evitar el alcohol y la cafeína y dejar de fumar.
  • Además, controlar el estrés, vestir ropas que no aprieten, mantenerse erguido durante y después de las comidas y cenar 2-3 horas antes de ir a dormir.
Imagen de archivo de una persona comiendo una hamburguesa.
Imagen de archivo de una persona comiendo una hamburguesa.
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Imagen de archivo de una persona comiendo una hamburguesa.

La enfermedad del reflujo gastroesofágico es tan frecuente que puede suponer hasta una de cada cinco consultas al especialista del aparato digestivo. En el reflujo gastroesofágico, el esfínter esofágico inferior que cierra el paso del estómago al esófago permite que el contenido ácido del estómago ascienda hasta el esófago y la boca, provocando síntomas como pirosis (comúnmente conocido como ardores), inflamación en el esófago y dolor retroesternal.

Aunque los casos más graves de este trastorno requieren de medicación, los cambios en el estilo de vida constituyen la primera línea de defensa y una parte esencial de cualquier tratamiento además de ser una ayuda esencial para evitar las complicaciones derivadas de esta afección.

Susana Jiménez Contreras, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Xanit Internacional de Benalmádena (Málaga) y miembro de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), expone cómo pueden ayudar los cambios en el estilo de vida a combatir el reflujo gastroesofágico y qué mecanismos intervienen en el éxito de estas medidas.

Perder peso

La pérdida de peso puede ayudar a las personas con sobrepeso a reducir el reflujo. El exceso de peso y el perímetro abdominal provocan una compresión gástrica que favorece el reflujo del contenido gástrico al esófago. Además, las comidas muy copiosas provocan distensión de las paredes del estómago que mantiene abierto el esfínter. La pérdida de peso tiene multitud de beneficios para la salud, incluidos el descenso del riesgo de sufrir diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón.

Limitar o evitar el alcohol y la cafeína

El alcohol y la cafeína promueven que disminuya la presión del esfínter y éste pierda fuerza. El vino blanco y el cava, en concreto, por su mayor contenido en gas favorecen en mayor medida el reflujo porque además de disminuir la presión esfinteriana, favorecen el paso del contenido gástrico hacia arriba cuando expulsamos el gas.

Mantener el estrés bajo control

El estrés afecta a todas las funciones del organismo y entre ellas al funcionamiento del tubo digestivo. El estrés produce la segregación de sustancias estimulantes, como la adrenalina, que en el caso del sistema digestivo pueden acelerar el vaciamiento del estómago, dificultar la digestión y aumentar la secreción de ácido del estómago. Todo esto contribuye a agravar el trastorno con un consiguiente aumento del dolor y del ardor.

Evitar las comidas que agravan el trastorno

Existen alimentos que también contribuyen a disminuir la presión del esfínter. Entre ellos están la menta, el ajo, la cebolla y el chocolate y los alimentos ricos en grasa como aceites, mantequilla, carnes grasas o quesos muy curados. Al contrario, hay que evitar las frutas y zumos cítricos, el tomate y sus derivados, el café en todas sus versiones, las especias y los condimentos. La temperatura de los alimentos también puede afectar negativamente a la mucosa del esófago si éstos se ingieren demasiado calientes o demasiado fríos. El alivio inicial que produce la leche suele tener un efecto rebote que intensifica la acidez más tarde.

Dejar de fumar

El tabaquismo ocasiona una disminución de la saliva y con ello se reseca más la boca y la garganta. Además, la saliva contrarresta el ácido por lo que una disminución en la cantidad de saliva que llega hasta el estómago agrava el reflujo. Los fumadores sufren también de más afecciones respiratorias que conllevan tos y la tos aumenta la presión en el abdomen y favorece el ascenso de los ácidos.

Vestir ropas que no aprieten

Al igual que la tos, la ropa que aprieta el abdomen como pantalones o camisas muy ajustados, aumenta la presión intraabdominal y favorece la salida del contenido del estómago.

Revisar con el médico los fármacos que se están tomando

Aunque existen fármacos que de por sí ya producen una mala tolerancia gástrica, hay medicamentos que provocan relajación del esfínter esofágico como los utilizados para tratar el infarto de miocardio y la angina de pecho (nitratos). Otros psicofármacos como las benzodiacepinas también pueden agravar el trastorno.

Mantenerse erguido durante y después de las comidas

Estar erguido favorece el efecto de la gravedad sobre el estómago. Hay que tener en cuenta que durante la digestión el estómago se está contrayendo de forma continua para conseguir que los alimentos se mezclen, si estamos tumbados, estas contracciones facilitan que el contenido del estómago alcance el esófago.

Cenar 2-3 horas antes de ir a dormir

Además de permanecer en posición erguida inmediatamente tras las comidas, hay que evitar tumbarse en las dos o tres horas siguientes y si se trata de la siesta, realizar ésta en posición sentada o recostada.

Calzar las patas delanteras de la cama

Este remedio puede resultar útil en los casos en los que exista reflujo durante la noche, ya que no todas las personas lo padecen en las horas nocturnas. En este sentido, la doctora Jiménez advierte que no se deben utilizar dos o tres almohadas bajo el tronco superior ya que en estos casos lo que sucede es que se flexiona el tronco aumentando la presión intraabdominal y consiguiendo con ello el efecto contrario al que perseguimos.

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