MERCEDES GALLIZO. EX-DIRECTORA GENERAL DE INSTITUCIONES PENINTENCIARIAS
OPINIÓN

La mentira

Mercedes Gallizo, colaboradora de 20minutos.
Mercedes Gallizo, colaboradora de 20minutos.
JORGE PARÍS
Mercedes Gallizo, colaboradora de 20minutos.

Parémonos unos minutos en la respuesta de Rajoy a una periodista, negando que hubiese dicho que iba a someter a la aprobación de su ejecutiva los puntos propuestos por Ciudadanos para un acuerdo: "¿Quién ha dicho eso? Yo nunca lo he dicho"...

Siendo evidente para todos que sí lo había dicho, como se encargaron de reproducir al minuto siguiente muchos medios digitales y muchos ciudadanos con memoria o con curiosidad, una se pregunta ¿por qué un político tan relevante -nada menos que presidente todavía en funciones- miente ante cámaras y micrófonos que harán llegar esa mentira a todo el país? Y, además, ¿para qué mentir en un asunto como este, que puede explicar de cualquier otra manera? Y, sobre todo, ¿qué sentido tiene mentir y comprometer tu credibilidad en algo menor y fácilmente comprobable?

Preguntas que podrían repetirse en relación a los muchos asuntos y a las muchas veces que el señor Rajoy ha contestado a periodistas con datos manifiestamente falsos. Las redes, la "maldita hemeroteca" en sus muchas versiones, recogen buena muestra de ello. No siempre con temas menores o de poca trascendencia. En ocasiones, incluso, esa actitud se ha extendido a intervenciones parlamentarias, con las cámaras añadidas a la solemnidad que da el intervenir ante la Cámara con mayúsculas.

Como me cuesta dejar las preguntas en el aire (aunque sean preguntas que yo misma me hago y sobre las que nadie me exige respuesta) he desarrollado algunas hipótesis como explicación de tan curioso proceder:

Da mucha pereza. Es tan fatigoso recordar datos concretos que, si se contesta lo que a uno le viene a la cabeza en ese momento y se hace con resolución, podemos pasar a otra cosa, a otra pregunta. Y ya sólo quedarán tres.

Es innecesario. Para qué hay que dar tantas explicaciones. Uno hace lo que hace porque tiene que hacerlo, porque es lo que quiere hacer. Pretender que hay que explicarlo todo es una manera de buscar las cosquillas a quien se ocupa de tantas cosas y de tanta importancia que, si tuviera que explicarlas, no le quedaría tiempo para nada. Así que contesto lo que me parece o no contesto nada y pasamos a otra cosa.

Me quieren poner en un compromiso y no me voy a dejar. Algunos periodistas tienen la manía de preguntar cosas inconvenientes, o sea, que no me conviene contestar. Además, siempre son cosas poco relevantes. Y siempre buscando las contradicciones entre lo que dijimos ayer y hoy, lo que dicen unos y otros. Cómo si no hubiera cosas importantes en España. Y en Europa... Como si uno tuviera que estar al tanto de lo que dicen unos y otros, o como si yo tuviese que recordar todo lo que yo digo. No estamos para perder el tiempo. Lo inconveniente, se niega y a correr.

Lo importante es el objetivo, por eso los datos son siempre relativos. Podemos usar unos u otros en función de lo que queramos demostrar, que es lo sustantivo. Incluso podemos matizar los datos de forma que resulten más favorables. Hay gente que tiene la manía de resaltar lo que va mal, pero eso no aporta nada. Hay que generar optimismo porque eso ayuda a la economía. Cualquiera puede entender esto.

Estas son algunas de la hipótesis más amables que se me han ocurrido para explicar lo que, en apariencia, sería un comportamiento impropio de un responsable político y de un miembro del Gobierno de un estado de derecho. Hay otras hipótesis sobre lo que pretenden gobiernos y gobernantes mentirosos que ni me atrevo a mencionar. Hay sesudos tratados sobre ello.

Por cierto, ahora no recuerdo si mentir está incluido como comportamiento impropio de los políticos entre los puntos del compromiso de regeneración democrática de Ciudadanos y el PP. Considerando que Ciudadanos tiene regulado que si se miente respecto del currículo se debe dejar el cargo, cabe pensar que algo habrán pensado sobre mentiras más trascendentes.

¿Siempre que se miente se tiene la intención de engañar? Esta pregunta ya es para nota. También hay sustanciosos estudios que diferencian la mentira del engaño, pero no tengo clara cuál es la conclusión práctica de esa diferenciación, la verdad. Me cuesta asimilar las llamadas mentiras piadosas de la vida corriente a cualquier tipo de piedad en la intención de las mentiras políticas. Admito, eso sí, que una cosa es que te mientan, y otra ser engañado. Para ser engañado, el otro tiene que poner también de su parte, tiene que creer la mentira. Si no la crees, no te engañan, incluso te pueden hacer enfadar aún más porque piensas que te toman por estúpido. O puedes no creerla, pero mirar para otro lado, hacer como que no has oído nada, porque te conviene. Porque has decidido quererle aunque te mienta, aunque no merezca nada. Lo que casi siempre sucede, en la vida real, es que lo que crees que te conviene acaba siendo lo más inconveniente.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento