Voy a plantear algo rompedor. Propongo que los partidos hablen a los ciudadanos de las cosas que realmente les importan, propongo que en una ciudad los políticos hablemos de la ciudad, aspiro a evitar la resaca que provoca el licor de clave nacional y que no cura el paracetamol de las redes sociales.
Pongamos en el centro del debate la gestión concreta, las propuestas bien articuladas (basta ya de tanto elixir crecepelo), exijamos buen gobierno y mejor oposición, porque pasar por la oposición no ha de confundirse con "estoy a favor de todo lo que esté en contra".
Hace ya casi cuatro años, los vecinos de Madrid decidieron darle una oportunidad por los pelos (solo hay un concejal de diferencia entre el PP en solitario y la suma de Ahora Madrid y el PSOE, no lo olviden) a una nueva política progresista. Mi partido hizo lo que tenía que hacer: abrir la puerta al cambio después de más de veinte años de regidores conservadores.
No entramos en el gobierno ni abandonamos nuestro papel de oposición. Simplemente dimos una oportunidad porque quisimos estar a la altura de la ilusión de la gente. ¿Qué ha pasado durante este tiempo? Tres cosas importantes.
- Ahora Madrid se ha mostrado incapaz, absolutamente incapaz, de desarrollar sus responsabilidades gestoras. Si los sacas de su discurso indignado no se hallan. No saben hacer política con el sudor de su frente sino con el sudor del de enfrente. Si usted no me cree, pregúnteles a la banda de música municipal, a los trabajadores de las escuelas de música, a los de las bibliotecas municipales, a los de los centros culturales y deportivos, a los de Madrid Destino.
- No han cogido el poder, lo han agarrado como el niño que toma una caja de dulces y no la comparte. Así se han acabado de puertas adentro, con un empacho de egos tremendo. Pero volviendo a temas de gobierno, no han facilitado a la oposición ni la información ni la documentación cuando les ha sido requerida, no han ejecutado lo aprobado en Pleno, no han mantenido diálogo con el resto de fuerzas. En el caso del PSOE en el ámbito de cultura, deportes y turismo en concreto, mi impresión es que Manuela Carmena piensa que los socialistas somos sus bufones. Los que me conocen me consideran muy graciosa, pero como nací en Granada no puedo desprenderme de mi malafollá. La alcaldesa sol ha pinchado en hueso. Y hablando de ella.
- Esta legislatura de caos ideológico, parálisis gestora y monólogos democráticos ha terminado para Ahora Madrid con una capitana que abandona el barco la primera y que quiere repetir experiencia, pero desde el cesarismo enmascarado en un cuento de los hermanos Grimm. Animo a los madrileños a que se acerquen a la labor del PSOE durante estos cuatro años. Hemos trabajado duro, de verdad. Nuestro reto de futuro no es solo vencer. Es, sobre todo, convencer, y creo que lo vamos a lograr.
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