LUIS PARDO.PERIODISTA
OPINIÓN

Carta a los chivatos

Luis Pardo. Periodista
Luis Pardo. Periodista
20 minutos
Luis Pardo. Periodista

Cuando yo llegué al cole, los columpios eran de metal y el suelo de la zona de juegos una alternancia de grava en verano y barro en invierno. Entonces, al que hacía bullying lo llamábamos abusón; normalmente, a gritos, a suficiente distancia para que no nos pillase corriendo ni tampoco de una pedrada. Mientras escapábamos, sabíamos que mañana habría que verlo de nuevo, pero mañana sería otro día…

Te librases o no, había una cosa que tenías muy clara: lo que pasaba en el patio, se quedaba en el patio. En aquel microcosmos, sólo había un estigma del que no se salía: el de chivato. Estaba peor visto contar que un animal de bellotas daba una zurra a un pequeñajo que la propia paliza. Sin quererlo, ya nos estaban avisando de uno de los futuros males del periodismo.

Esa ley del silencio –tan dura como la de aquella peli de Marlon Brando– es la que trata de romper la Asociación Salmantina contra el Bullying para que empecemos a ver a quienes denuncian el acoso como héroes y no como chivatas (en mi barrio se usaba mucho así, en femenino, como para dar a entender que era algo propio de mujeres: todo un tratado de corrección política en tres sílabas).

Porque sí puedes ser un héroe. Puedes serlo si tu denuncia salva una vida o, simplemente, evita un mal trago innecesario. Aunque eso provoque que dejes de ser popular y que quienes disfrutan haciéndoles la vida imposible a los más débiles, o a los diferentes, digan que eres un pringado. ¿De verdad te importa la opinión de alguien que actúa así? Venga, piénsalo otra vez. ¿De verdad…?

Ya sé, ya sé que los adultos no te damos demasiados motivos para que pienses que haces lo correcto. Hervé Falciani, un ingeniero francés, denunció una lista de 130.000 evasores fiscales pero lo encausaron por “revelar secretos financieros”. Edward Snowden –sí, el de la peli– desveló que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de los Estados Unidos vigilaba las conversaciones telefónicas de millones de personas, pero en su país lo consideran un traidor. Y seguro que podríamos seguir… Lo importante es lo que tú pienses.

Hacer lo correcto pocas veces es fácil –lo comprobarás cuando crezcas–, pero mucho peor es ver las consecuencias del acoso y pensar que hubieses podido pararlo. Hasta los héroes tienen que pedir ayuda cuando el supervillano es demasiado poderoso. ¿Por qué crees que se reunieron por primera vez Los Vengadores…?

Y te aseguro que a Thor no le gustan nada los abusones.

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