Carolina Punset tuvo un paso fugaz por la política valenciana. Apenas seis meses después de la constitución de Les Corts, voló hacia Bruselas, donde ejerce como eurodiputada. Hace un mes, también dejó la dirección nacional de Ciudadanos, por desavenencias con el rumbo que tomaba el partido.

El pasado jueves, antes de comenzar un debate sobre plurilingüismo que ella misma presentaba y al que asistió como público el conseller Vicent Marzà (de Compromís), anunció que baraja presentar una candidatura alternativa a la de Albert Rivera para la presidencia "si hay juego limpio". Todo un órdago que pone boca arriba las cartas de Punset y de quienes, como ella, piensan que Ciudadanos se ha escorado a la derecha, que hace, en definitiva, seguidismo al PP.

La corriente que encarna Punset se sitúa en el eje ideológico del centro-izquierda y el antinacionalismo, frente al regionalismo conservador que impulsa el portavoz autonómico y líder en el Ayuntamiento de Valencia, Fernando Giner. De hecho, su dimisión de la Ejecutiva nacional se precipitó tras llamar "trozo de tela" a la Senyera, cuyo portador el pasado 9 d’Octubre fue el propio Giner. Ciudadanos, como partido, salió al paso y desautorizó a Punset.

La formación naranja está, pues, ante una disyuntiva crucial, la de elegir qué espacio ideológico ocupa y qué talante muestra: si la beligerancia de Giner con el tripartito de Ribó o la capacidad de entendimiento del síndic en Les Corts, Alexis Marí, con el PSPV, Compromís y Podemos.