JOAQUÍN LEGUINA. EXPRESIDENTE DE LA COMUNIDAD DE MADRID
OPINIÓN

En serio y sin asustar

El político Joaquín Leguina.
El político Joaquín Leguina.
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El político Joaquín Leguina.

El cambio climático que sin lugar a dudas está sufriendo nuestro planeta se debe a un fenómeno llamado "efecto invernadero", producido por varios gases (GEI: Gases de Efecto Invernadero). El principal GEI es el CO2, que contribuye al 80% de dicho efecto. Si no existieran los GEI la temperatura media en nuestro planeta sería de 6 grados bajo cero. Gracias a esos gases es de 15 grados.

Pues bien, en una cena el pasado agosto entre amigos y en Santander, un funcionario de la UE recién jubilado nos "ilustró" con sus conocimientos sobre los efectos destructivos del cambio climático.

Al día siguiente y a mi demanda me envió un artículo en el cual se pueden leer, entre otras cosas, las siguientes: "Parece perfilarse un consenso sobre la relativa inminencia del fin de este mundo: el marco temporal del colapso de nuestra civilización va desde la década de los 2020 –para los más agoreros– hasta el fin de siglo, para los más optimistas".

En realidad, el autor es miembro del movimiento Deep Adaptation y, según ellos, "el colapso es ya inevitable, ocurrirá en el corto plazo y vendrá acompañado de una catástrofe. También es posible que la especie humana se extinga como consecuencia de ello".

Algo asustado, remití el artículo a unos cuantos amigos, entre ellos al profesor Juan Calaza. He aquí parte de la respuesta de Calaza:"La 'pequeña edad glacial' (LIA) terminó hacia 1850 y a partir de ahí la temperatura subió. Y si subió tuvo que aumentar la emisión de CO2. En todos los registros glaciares, desde hace 400.000 años, el calentamiento del planeta precede a la concentración en CO2, y ese aumento de CO2 ha permitido, por fotosíntesis, extender la biomasa vegetal en los últimos 30 años hasta una superficie equivalente a 33 veces Francia. En ese tiempo, España vio crecer un 35% la superficie arbolada". Y añadía Calaza: "Los informes de Deep Adaptation valen lo que las previsiones de Al Gore: cero".

Lo escrito muestra hasta qué punto existen ramas del ecologismo que atienden más a su ideología que a la verdad científica. Y lo peor es que un puñado de estos ideólogos se han colado en las estructuras de carácter internacional (ONU, OCDE, UE…).

Huyendo de estas ideologías catastrofistas conviene saber que el cambio climático es una realidad y que a él contribuye de forma muy notable el uso de combustibles fósiles. Y sin embargo, esta energía está doblemente subvencionada.

Por una parte, no reflejan en sus precios los costes medioambientales y, por otra, recibieron (en 2017) de forma directa más de 300.000 millones de dólares en subvenciones, y todo ello pese a los reiterados llamamientos para racionalizar y eliminar a medio plazo los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles que fomentan un consumo desproporcionado.

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