Los avances tecnológicos y la globalización están provocando rápidos cambios en la forma de vida, en el turismo y en las actividades económicas de las ciudades, entre las cuales la ciudad de Madrid, como capital de una gran nación, no podía ser una excepción. El pasado miércoles, el Pleno del Ayuntamiento de Madrid aprobó, con el voto en contra de Partido Popular y de Ciudadanos, el Plan Especial de Hospedaje del Gobierno de Manuela Carmena por el que se prohíben las viviendas turísticas que no tengan un acceso independiente, esto es, el 95%. En esta nada fácil encrucijada, desde el PP no somos negacionistas, creemos que hay que regular las VUT (Viviendas de Uso Turístico), pero no prohibirlas. Defendemos una regulación consensuada entre las distintas administraciones y los afectados, una normativa rigurosa y equilibrada que salvaguarde la seguridad jurídica y que permita, por un lado, una alternativa razonable de VUT y, por otro, la protección de la convivencia y el derecho a la calidad de vida de los residentes. Lo contrario que el actual Gobierno municipal, que, desde el sectarismo y los prejuicios contra el libre mercado y el turismo, ha tomado una decisión que llega tarde, que no resuelve el problema, que perjudica a la ciudad de Madrid y que tumbará los tribunales. Pura propaganda electoral.
OPINIÓN29.03.2019 - 06:47h
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