Querido Mariano:

En primer lugar, le escribo para felicitarle de antemano por los datos del paro de hoy. Será una buena cifra, como ya ha vaticinado su ministra de Empleo. Lo esperable, en un mes que empiezan las contrataciones de verano. Intuyo que será un poquito peor que el último mayo, una tendencia que se repite en los últimos tiempos. Ya sabe, las cosas de la incertidumbre. Esa a la que usted y el resto de los candidatos nos arrastran desde hace 163 días al no formar Gobierno por sus intereses personales. Esa que puede alargarse a otoño y hacer de 2016 un año perdido para emprender las reformas económicas que nos urgen.

No se lo tome como un reproche personal, no. La incertidumbre, señor presidente, no la inventé yo. La inventó la empresa extranjera que paraliza sus inversiones en España; también la pyme que frena sus contrataciones; y, por supuesto, la familia que mantiene sellado su cerdito hasta saber cómo decidirá usted nuestro futuro.

Ayer fue la OCDE la que volvió a pronunciar la palabreja. "La incertidumbre lastrará a España si se prolonga", dijo el club de los países acomodados, ese que nos considera uno de los suyos pero que - permítame que le copie la expresión - nos 'moja la oreja'. Nos reprocha no ser productivos, tener una deuda que supera toda la riqueza creada en un año, no innovar en sectores que ofrezcan empleos (y sueldos) decentes... y seguir siendo subcampeones de Europa del paro.

Así que, dígame. ¿Qué hará si las urnas nos vuelven a meter en la vía sin salida de los 160 escaños? Piense en la OCDE la próxima vez que le tiendan la mano... y prefiera abrocharse la chaqueta.

Atentamente,

Hector M. Garrido.